Al desvelo azul y seductor que se tiñe de blues: Almazán
Por Redacción/SemMéxico
CIUDAD DE MEXICO, 13 de diciembre del 2016.- Betsy Pecanins murió hoy en su casa de esta ciudad, a la edad de 62 años.
Su vocera Angélica Ruiz dio a conocer la fatal noticia que se difundió rápidamente por las redes sociales, donde sus fans se lamentaron del deceso de la blusera que aunque nació en Yuma, Arizona, Estados Unidos, decidió vivir en México desde 1977, donde se consolidó como una de las más importantes intérpretes de ese género musical en los últimos tiempos.
“¡Ay Betsy!”, “¡Hasta siempre Betsy!”, “Adiós querida Betsy Pecanins fuiste mi primer acercamiento para amar el Blues!!”…El músico Omar Guzmán escribió sobre el deceso de la intérprete de El Efecto Tequila, Tequila Azul y Batuta, Nada que perder, La Reina de la Noche, Reencuentro y Qué Azul Era Mi Lara, entre otros: “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Betsy Pecanins, gran artista, maravilloso ser humano, maestra amorosa, valiente guerrera. Su voz, su música y su enseñanza se quedan con nosotros para siempre…”
Su hija Ana Teresa anunció a través de la página oficial de Betsy Pecanins, que para quienes quieran dar el último adiós a esta gran artista, su velatorio será en la sucursal de las funerarias García López que se encuentra en General Prim y Versalles (cerca de Reforma y del Metro Balderas), a partir de las 6 de la tarde.
El escritor y periodista Sergio Almazán escribió:
“Hoy se fue Betsy Pecanins quizá persiguiendo ritmos nostálgicos que suenan a melancolía, a blues. Hoy se ha marchado extendiendo libre sus brazos y su cóncava columna que la sostuvo frente a un micrófono hasta hace unos días cantándole a la noche, al desvelo azul y seductor que se tiñe de blues. Se cambió de cielo, vestida de nunca jamás y siempre te quedaras. Tomó otro rumbo ya no más por los edificios condesa donde se escapaban notas de su piano y su voz hacía de las suyas con su nostalgia atorada a media espina dorsal.
Se fue Betsy, el ave Phoenix, la caricia urgente, la reina de la noche. Partió dejando nuestras manos vacías sin su tacto, pero su voz peregrina, arrastrada por esas cicatrices bluseadas se quedan impregnadas y adheridas a nuestros corazones. Hoy se ha ido Betsy, de día, con la luz socarrona del invierno por venir, con el silencio palpitante de su canto que nunca se apaga, que nunca concluye, su voz indispensable cuando la soledad es insuficiente para calmar el apetito de noche. Hoy se ha marchado Betsy sin despedirse, sigilosa y libre como siempre lo fue, fina, educada, amorosa y cantando para sí su melodía azul de blues..”
Así el adiós a una grande de la música mexicana que hoy ha emprendido ese vuelo por el infinito, mientras su música resuena en las computadoras a través de las redes sociales.