La noche del 3 de septiembre y la mañana del día siguiente, el domicilio de Pablo Ramos fue allanado, robando equipo de trabajo donde almacenaba la cobertura de los hechos en Nochixtlán, Oaxaca. CIUDAD DE MEXICO, D.F. 11 de septiembre del 2016.- La organización Artículo 19 denunció que el domicilio del fotoperiodista Pablo Ramos fue allanado entre la noche del tres de septiembre y la mañana del día siguiente. Sujetos desconocidos robaron, entre varios objetos, equipo de trabajo donde almacenaba la cobertura de los hechos en Nochixtlán, Oaxaca. Las cerraduras de la puerta del departamento no fueron forzadas. El interior estaba desordenado y faltaban lentes fotográficos, un flash de cámara con control remoto y su laptop. En ella se encontraban testimonios y evidencia de las violaciones a derechos humanos cometidas por policías estatales y federales. Además, sustrajeron una pantalla de 50 pulgadas, una bicicleta y otras pertenencias de su compañera de piso. Ramos acudió el cuatro de septiembre a la delegación Cuauhtémoc a levantar una denuncia. Sin embargo, el acta no se encuentra en la agencia del Ministerio Público correspondiente. Esta agresión es la más reciente de una serie de incidentes que Ramos refiere comenzaron durante la cobertura y en los días posteriores a su regreso a la Ciudad de México.
El primero sucedió el 20 de junio, cuando Twitter le notificó que varios usuarios (no le informaron quiénes) intentaron ingresar a su cuenta, donde publicó material con mención a la Policía Federal. Entre éste, un video publicado por La Jornada —con más de 2 millones de reproducciones en Facebook— que muestra testimonios de pobladores de Nochixtlán sobre la incursión policiaca y los disparos en el hospital de la comunidad, así como imágenes de los velorios y las protestas tras los asesinatos.
El segundo incidente ocurrió alrededor del 29 de junio, cuando el periodista se encontraba en su departamento y escuchó que tocaban la puerta con un ritmo corto y pausas marcadas. Durante 10 minutos escuchó el ruido hasta que atender la puerta. Al abrir, la persona que tocaba se sorprendió, pretextó haberse equivocado de puerta y se fue rápidamente. El 15 de julio ocurrió el tercer incidente fuera de su casa, donde se percató de la presencia de otro hombre desconocido que se mantuvo un par de horas observando desde la banqueta de enfrente la entrada del edificio donde vive el periodista. Después de salir a realizar distintas actividades y observar que el hombre seguía ahí Ramos lo confrontó, y el sujetó se retiró rápidamente. En junio de este año, Artículo 19 hizo pública su preocupación por las agresiones cometidas contra periodistas en el contexto de las coberturas de las protestas magisteriales en Oaxaca, principalmente por elementos de seguridad pública. En el informe Cobertura bajo fuego: Violencia contra la prensa durante protestas en Oaxaca y CDMX, esta organización documentó 16 ataques contra la prensa, incluyendo el asesinato de un periodista y cuatro tentativas de homicidios. Además, el 28 de junio, la agrupación civil documentó la ejecución extrajudicial del periodista Salvador Olmos quien cubrió las protestas de Nochixtlán, por parte de elementos de la policía municipal de Huajuapan de León, Oaxaca.
Artículo 19 considera que la información recabada por periodistas durante las protestas magisteriales en Oaxaca en junio de 2016, donde se cometieron graves violaciones de derechos humanos, juegan un papel fundamental en el derecho al acceso a la información y el derecho a la verdad histórica de la sociedad. Es de esta manera que la organización exigió a las autoridades se restrinjan de cualquier acto de intimidación o cualquier agresión en contra de los comunicadores que estuvieron presentes durante esos hechos. Asimismo, Artículo 19 demandó a la Procuraría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) realice de manera pronta la pesquisas necesarias tomando como prioritaria la línea de investigación de la labor periodística de Pablo Ramos. Finalmente, la agrupación urgió a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a abrir una queja de oficio y a emitir medidas precautorias a favor del periodista.
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