La razón blindada de Arístides Vargas, en la dirección de Gabriel Moré, es una disección a la naturaleza de la libertad y la locura.
Por. Abraham Castelán Salazar
¿El encierro causa que la única vía de expresión sea la locura? es la pregunta más recurrente para el espectador durante la puesta en escena de “La razón blindada”. Diseccionar la naturaleza de esa respuesta no puede sugerirse mejor que un tratamiento sobre la cárcel, donde cada preso representa el arquetipo quijotesco y al de su fiel ayudante sancho panza. Siendo la visión que el director campechano sabe hacer funcionar al introducirnos en su adaptación.
De la Mancha (Gabriel Moré) es un hombre blanco y barbudo con aires de conquistador que parafrasea al quijote con tono grandilocuente y asentando las s, por su parte Panza ( Andrés Puch) es un joven maya afeminado que parece ser el objeto de dominación e hilarante complicidad, evocando los dos personajes a los hemisferios sincronizados de una mente.
Evocador, poético, clásico y por momentos beligerante son los matices con los que el dramaturgo dotó de colores al lenguaje de los personajes, por lo cual estos pueden ir de un momento a otro del ambiente más simple al jugueteo con la programación de la memoria, la crítica social y las inhibiciones latentes .
Todos los domingos De la Mancha y Panza construyen una vía de escape a su encierro, el intento se transforma en bucle y aunque la esperanza queda flotando en el aire, la salida de la locura hacia el vivir transforma un cliché en una portentosa secuencia final.
Dos celdas como una trinchera son el espacio en el cual los personajes coexisten, se ejercitan, sueñan e intentan permanentemente la fuga.
Montar una cárcel-gimnasio-parque en el escenario no ha de ser tarea fácil, y mucho menos que la escenografía en ciertos momentos se torne hasta cierto punto hogareña; Esto se debe al trabajo psíquico y físico del actor quien muestra al colectivo la estampa de que la razón de los personajes ha sido blindada por el encierro. Con una música microtonal se evocan el descanso y la esperanza más simples.
Alguien que ha vivido aislamiento puede narrar muy bien una obra que se fundamenta en la lectura más poética y lúdica de la realidad, eso que algunos llaman locura parece desdibujarse y convertirse en aquella vida que vale la pena vivirse aun cuando nos encontremos recluidos en la más cruel de las injusticias, por eso uno que otro crítico no puede dejar de verla cada vez que la montan , ha resultado seducido por su infinito contexto y sus ansias por impostarse en la vida cultural de nuestra ciudad, sus pretensiones simples y llanas de ser buen teatro.
La adaptación de Moré se manifiesta en la atemporalidad pues lo importante es hablar de algo tan eterno como el conflicto entre libertad y razón.
El género dramático tiene en “La razón blindada” una obra que ejercita en el espectador un juego de matrioshkas; La imaginación, el lenguaje y las sensaciones se superponen en unidades de conocimiento que abrevan del caos para transgredir los horizontes del consciente y el inconsciente.
Con claras referencias a El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, “La razón blindada” recurre a su deconstrucción espiritual para hablarnos del encierro, el poder y lo más vil de los autoritarismos.
Una invitación para adolescentes y adultos, con horario de 20:00 Horas del 2-6 de Abril en el teatro “Juan de la Cabada Vera” ; y los días 12-26 del presente mes, y 10 y 31 de Mayo en la Sala-Teatro “Manuel Ávila Cano”.