“Agua de Tabasco vengo, agua de Tabasco soy, de agua hermosa es mi abolengo y por eso es que aquí estoy dichoso con lo que tengo” -Carlos Pellicer.
Por: Abraham Castelán
Hablar de la persona que protagoniza la vida pública de México desde hace más de dos sexenios no es tan fácil, pero observarlo en su colectiva intimidad mediante un bien ejecutado ejercicio de cine documental genera una inmediata conexión con el espectador.
Y si este es mexicano apela a su memoria más reciente, a su trascendencia por los convulsos tiempos en los que le tocó vivir. La experimentada técnica de Epigmenio Ibarra, productor y director del filme junto con Verónica Velasco, toma la acertada decisión de alejarse de la visión idealizada de Luis Mandoki en su trilogía ¿Quién es el Sr. López? y de la muy politizada pero magistral 0.56% ¿Qué le pasó a México? de Lorenzo Hagerman, para acercarse al personaje de manera más orgánica hacia el interior de un estilo de vida, que aunque pocos viven, resulta en una sorprendente cercanía con las realidades e inquietudes del espectador.
En este camino de más derrotas que victorias, Andrés Manuel López Obrador funge como el arquetipo de la terquedad nacional, contrastando grandemente con la imagen cultural del mexicano avasallado por la apatía y la falta de compromiso.
En este filme el personaje reivindica los rasgos clave de sus saberes, pautas de conducta y la comprensión de la pobreza como el síntoma más grave de la condición en la que se encuentra México.
Esto Soy habla más allá de #AMLO, explica a la generación que se ha visto impactada por su lucha, es la proyección de aquella resistencia vivida por el ciudadano que se encuentra afuera de las instituciones, al margen del Estado, aquel que ejercita sus derechos para imprimir sus proyectos en la visión más colectiva.
Esto Soy ratifica ese arco de transformación que ha vivido el pueblo, en lo personal y en lo social, desde que el otrora jefe de gobierno del antiguo distrito federal utilizó la máxima tribuna del país para activar la democracia, para marcar la agenda de la historia.