GeneralProstitución, cadena de explotación y discriminación

admin03/06/2016

2pro Día Internacional de la Trabajadora Sexual; discriminación y explotación Por Francisco Medina SemMéxico CIUDAD DE MEXICO, D.F. 2 de junio del 2016.- En la década de los setenta, varios organismos que velaban por el cumplimiento de las leyes en Francia, mantenían a las prostitutas en constante presión. Represalias y acosos de la policía llevaron a las trabajadoras sexuales a la marginación, al secreto, lo que derivó en mucho odio y discriminación social. En esa época, en Lyon, Francia, el asesinato de dos prostitutas derivó en el surgimiento de movimientos y grupos de apoyo a las mujeres dedicadas a ofrecer servicios sexuales, dice el autor en Al Momento. El 2 de junio de 1975 más de cien prostitutas ocuparon la iglesia de Saint-Nizier de Lyon, con el fin de llamar la atención sobre la escalada de violencia contra ellas. Se declararon en huelga por 8 días y mantuvieron la ocupación por 8 días, cuando fue allanada por la policía. Dando así por inició el Día Internacional de la Trabajadora Sexual. La prostitución es un fenómeno que existe en México tolerado por las autoridades del estado, ignorado por la población y satanizado por algunos grupos. El último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2010) reveló que existían entre 143 mil y 862 mil trabajadoras sexuales en el país, ya hace más de cinco años desde el último censo y es seguro asumir que el número de personas involucradas en la prestación de servicios sexuales se ha incrementado desde entonces. La prostitución se define como el acuerdo que existe entre dos personas, independientemente de su género o preferencias sexuales, con la finalidad de llevar a cabo el acto sexual o coito excluyendo el factor afectivo o emocional a cambio de una retribución en dinero. La palabra, per se, prostitución involucra la exposición pública, el abandono, la deshonra, el corromperse por dinero y en México es un tema tabú. Desde el punto de vista psicológico, prostituirse es un abandono del ego y un acercamiento al autocastigo, es la supresión del sujeto y su facultad de elegir en función del cobro de una cuota. Sin embargo, existen distintas actividades económicas que causan insatisfacción a quien las realiza, comprometen sus valores, su confort e involucran la negación del ego al igual que la prostitución sólo que les denominamos: trabajo. La prostitución en México existe, tolerada por las autoridades que asumen que quienes la ejercen lo hacen en un esquema forzado, que según Carmen Muñoz, fundadora de la casa Xochiquetzal, refugio para trabajadoras sexuales, representa aproximadamente el 35% de todas las trabajadoras sexuales en activo. Si bien existen supuestos legales que castigan la trata de personas y el lenocinio (explotación sexual de mujeres), la prostitución específicamente no es una conducta sancionada, ni un delito propiamente. Se trata al mismo tiempo de un tema económico, ya que, así como existen personas que ejercen la prostitución forzadas por terceros, también existen personas que la ejercen como una actividad económica más. Al igual que con temas impopulares como el consumo de drogas, carentes de políticas públicas, la prostitución es una actividad económica que genera ingresos mismos que no son grabados por el estado cuyas autoridades, simplemente, han optado por voltear al otro lado y fingir que nada pasa. En México existen los trabajadores sexuales masculinos (como se hacen llamar), femeninos, y hasta menores de edad, que ejercen su oficio en parques, en casas de masajes y otros centros especializados. No tienen un límite de edad propiamente establecido, tanto pueden contar con apenas 16 o 17 años (algunas veces menores controlados por la mafia), como con 30, 40 o 50 años.  Comparten problemas muy complejos y por lo general menosprecian a sus clientes, éstos no están exentos de toparse algún día con un sexo servidor que tratará de robarles o algo peor. Las autoridades de la delegación Venustiano Carranza estiman que de las 600 sexoservidoras que trabajan en La Merced, la mitad son menores de edad o comenzaron su actividad desde la adolescencia. Ramón Sosamontes, ex delegado en Venustiano Carranza, dijo en su momento: “vamos a establecer ahora sí, una barrida, no tanto persiguiendo a las sexoservidoras menores sino más a quienes las explotan o las tienen trabajando en esa situación”. En la Merced, en la Ciudad de México, opera una red de prostitución infantil, en la que estarían involucradas líderes de sexo servidoras, hoteleros y dueños de loncherías y bares de la zona. En los espacios de la Merced donde trabajan las sexoservidoras existen 17 hoteles y 55 negocios donde se expenden bebidas alcohólicas.  Esto sin contar las llamadas “cuevas” que existen en callejones como San Pablo o Manzanares, que funcionan como centro de operaciones de algunos grupos de sexo servidoras. En todos estos lugares, son enganchadas, controladas y explotados las menores prostituidas. Las propias líderes de las llamadas zonas rojas de la ciudad de México, reconocen de manera abierta el comercio sexual con niñas. Anamaría Casimiro, representante de sexoservidoras, señaló que “negar que existe la prostitución infantil en la zona de la Merced sería estar mintiendo, definitivamente existe. Otra supuesta lenona de la Merced, conocida como Guillermina, que opera en la calle de Jesús María, tiene bajo su control a por lo menos cinco niñas.  El precio que pagan las sexoservidoras de la Merced por el derecho de calle, varía entre 10 y 20 pesos. También pagan hasta 30 pesos por cada cliente que llevan al hotel o a las llamadas “cuevas”. Estamos hablando de un verdadero negocio. Un negocio sucio que involucra a menores de edad y que reporta ganancias millonarias, si tomamos en cuentan que tan sólo en la Merced existen alrededor de 600 sexoservidoras. Pero la explotación de menores también se da a plena luz del día.  Por ejemplo, en lugares tan a la vista de la gente, y con tanto movimiento como en la Alameda Central de la Ciudad de México, los niños de la calle de esta zona, con frecuencia son abordados por hombres que les ofrecen dinero para tener relaciones sexuales. Generalmente, los adultos que buscan sexo con menores de edad en la Alameda, se sientan en las bancas que dan a la avenida Hidalgo y esperan a que se les acerquen los niños a pedirles unas monedas. En la madrugada, también se puede observar a automovilistas que ofrecen a los niños entre 150 y 200 pesos por tener relaciones sexuales. Cuando estas personas sienten que son observadas, simplemente se van. Y lo peor, es que no hay nadie que les pueda decir nada. La explotación sexual de menores está presente no sólo en la Ciudad de México, sino también en Tijuana, Ciudad Juárez, Guadalajara, Xalapa, Veracruz y Cancún, en donde algunos turistas ofrecen a niños, entre los 10 y 15 años, un dólar por un beso o hasta 500 dólares por una relación sexual. José Carlos Cuentas Zavala, de UNICEF-MÉXICO, señaló que “hay intervención ya directa de redes de carácter internacional que promueven el hecho de que los niños puedan entrar a estas actividades, tanto de pornografía como de prostitución a los menores de 18 años”. Se estima que en México, alrededor de 30 mil menores de edad, son víctimas de la prostitución y el abuso sexual infantil. José Aguilar, Psicoterapeuta, dijo que “estos niños y en estas niñas sucede un gran sentimiento de culpa, sentimientos de temor y sentimientos de desconfianza hacia los adultos”. En “este negocio” de la prostitución, se manejan alrededor de 20 mil millones de dólares por año. Lo más alarmante es la cantidad de niños que cada año son atrapados por estas redes de prostitución y pornografía infantil.

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