NacionalA 100 días, refugiados guatemaltecos continúan en el olvido

Ronny Aguilar09/09/2017

El pasado 02 de junio, el ejército de Guatemala desplazó a 106 familias que vivían en Laguna Larga, cerca de la frontera con México / Hasta el momento, no hay respuesta de las autoridades del país vecino respecto a la situación de estas 416 personas que viven en el abandono / Persisten intereses económicos por parte de empresas que se dedican a recoger el oxígeno para llevar al extranjero / Racionan el alimento y comen sólo dos veces al día pues temen que sea insuficiente.

Por: Ronny Aguilar

Fotografía: Ronny Aguilar y Alberto Castillo 

CAMPECHE, Cam. 10 de septiembre de 2017.- Este domingo se cumplen 100 días de que los habitantes de la comunidad de Laguna Larga, Guatemala, fueron desplazados por el ejército debido a una orden judicial, refugiándose en la línea divisoria imaginaria entre México y Guatemala. Hasta el momento, no hay respuesta de las autoridades del país vecino respecto a la situación de estas 416 personas que viven en el abandono.

El pasado 02 de junio, el ejército de Guatemala desplazó a 106 familias que vivían a las orillas de la laguna larga, cerca de la frontera con México, esto debido a una orden judicial concedida a la Comisión de Nacional de Áreas Protegidas (Conanp) porque presuntamente invadieron el lugar hace 17 años. Sin embargo, ellos dicen contar con un permiso de establecimiento de la misma Conanp concedido hace más de una década, ya que la laguna larga se encuentra a 15 kilómetros de la Reserva Nacional ‘Laguna del Tigre’.

El día del desalojo, estas 106 familias perdieron todo; sus animales y sus casas fue lo primero, los militares mataron y pusieron las cabezas de los animales en picas, mientras que las casas fueron cortadas, demolidas y quemadas,  todo con la intención de que abandonaran el lugar, pero debido a lo aislado de la zona el lugar más cerca para refugiarse fue la frontera con México.

Ese mismo día pasaron la noche bajo lluvia y se instaló lo que hoy es un campamento de refugiados en la frontera, justo en la línea imaginara que divide un país de otro. Un letrero es la muestra legal, de un lado señala territorio guatemalteco y del otro mexicano, y sobre la división se instalaron las casas de campaña que aminoran el sol y la lluvia que es constante por la época del año, pero no es suficiente. Los reporteros de este medio fueron testigos de cómo la lluvia impide dormir, las casas de campaña se filtran, por eso muchas tienen toldos arriba, siendo la mayoría de las casas y toldos donación de la Unicef.

Muchas instituciones defensoras de derechos han llegado, nacionales, internacionales e incluso sociedad civil, pero eso no cambia el abandono de la problemática del Gobierno de Guatemala, mucho menos el de México, que a pesar de que están en su territorio y que ha firmado tratados internaciones para apoyo a migrantes y, sobre todo, al interés superior de la niñez, se hace como el que no ve y deja que el tiempo transcurra.

Persiste la falta de diálogo con el gobierno guatemalteco

Don Constantino Vázquez Zuchite es presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo Local, uno de los cinco líderes del campamento; tiene seis hijos y 74 años de edad. Varios de sus hijos son proteccionistas y vienen a la capital, le han pedido que viaje con ellos pero se resiste a abandonar a su gente, sabe que no hay muchos en el campamento que puedan hacer la labor que él hace ahí pues la mayoría ha vivido alejado y hay una educación que sobrepase la elemental.

Al cuestionarle sobre el diálogo con el gobierno de Guatemala, y si ellos ven una solución pronta, su respuesta es clara: no es un lío fácil y presienten que se quedarán mucho tiempo ahí; de momento todo está detenido debido a problemas de corrupción en el gobierno de su país y parece que la gravedad de este tema los ha dejado aún más ignorados de lo que ya eran.

“Ha estado muy tenso el tema de la negociación con el gobierno, no hay una respuesta positiva todavía, estamos en ver si el gobierno nos responde si podemos vivir en el mismo lugar donde estábamos antes porque es la única opción que tenemos. El gobierno ofrece finca, pero no conocemos dónde están esas fincas, entonces estamos agotando los últimos medios para ver si regresamos a donde fuimos desalojados”, explicó.

“Los abogados nos dicen que en Guatemala hay unos problemas bien difíciles en el gobierno, y también con el comisionado del Ministerio Público, y que hay problemas muy fuertes y entonces no hay respaldo para nosotros, pero estamos insistiendo siempre en la lucha para ver si nos regresamos”, abundó.

Prosiguió: “estamos pensando ir a Guatemala para hablar con los abogados para ver qué vamos a hacer; pediremos que haya diálogo porque no hay diálogo positivo, todo es negativo; los amparos aún están para resolverse, no han salido y mientras este quieto no podemos oponernos a la orden de desalojo del juez”.

“Nosotros insistimos que queremos quedarnos aquí que es donde llevamos 17 años viviendo, no queda de otra más que hacer el viaje porque somos campesinos y necesitamos la tierra para trabajar y tener los medios económicos y sin tierra no tenemos nada. Este año no sabemos qué va a ser de nosotros que no hay donde sembrar y, mucho menos, donde vivir; estamos viviendo una vida difícil en este lugar, necesitamos que nos den las tierras para trabajar y cultivar en ellas”, aseveró.

Expulsión de tierras por intereses económicos

Explicó que el argumento es el que hace Conanp, y que están usurpando esta aérea, lo cual reiteran que es falso: “nosotros no estamos usurpando o invadiendo, entramos con autorización, tenemos todos los documentos de que nos permitieron ocupar el área. Ellos dicen que somos invasores pero no somos invasores, los documentos los entregó la misma institución de Conanp, estamos a 15 kilómetros lejos del Área Protegida, Parque Nacional Laguna del Tigre”. 

“La Conanp ha hecho acusaciones falsas contra nosotros, nos han dicho que somos narcotraficantes, naco-madereros, narco-ganaderos, que trabajamos con empresas de México, y no es cierto. No estaríamos aquí sufriendo, estaríamos con unas buenas casas, con carros y todo, porque eso genera dinero, pero no es así, pero engañan a la autoridad con ese argumento”, expuso.

Aseguró que hay intereses fuertes en esas áreas, como los de Guatecarbón y Bonocarbón, dos empresas que ellos dicen se dedican a recoger el oxígeno para llevar al extranjero, que es para recuperar esta área que ellos ocupaban.

“Pero esta área está fuera del Parque Nacional; sin embargo, en el área del Parque Nacional hay empresas grandes y hay fincas grandes de ex generales militares que no los mueven y están dentro del parque. Es el negocio que el estado tiene con las empresas, pero nosotros no generamos fondos para ellos y por esos nos expulsan”, indicó.

 

“La institución de Conanp es la más poderosa que manda en esta región de aquí, pero nosotros tenemos abogados para investigar las raíces del problema por el que fuimos desalojados el 02 de junio; estamos luchando con abogados nacionales e internacionales, la Comisión Interamericana está con nosotros para descubrir los intereses que hay en estas tierras”, explicó.

Alimento lo provee México, pero temen que llegue a ser insuficiente

“No hemos padecido tanto de alimento por los corazones generosos de México que ha venido a dejarnos comida para vivir aquí; en salud, también México nos ha protegido, nuestro país nos abandonó, vienen a ver y se van, no les interesa la vida de las mujeres embarazadas y los niños, es la gente de México quien nos ha echado la mano… pero la necesidad está porque no tenemos nuestras cosechas que año con año tenemos”, comentó.

A pesar de que hasta el momento no han padecido días sin comer, el alimento lo racionalizan para que no les falte, comen poco y, en su mayoría, sólo dos veces al día, mayormente tortillas solas pues saben que mientras más tiempo pase menos apoyo llegará; mientras, se hace viejo el conflicto más se acercan al olvido y, con ello, el desabasto de alimento se agrava.

“Lo que más se necesita es maseca, azúcar, jabón, sal, agua, es lo más necesario para las personas y, sobre todo, la comida. Hay familias muy grandes que lo que se da lo consumen luego luego; son 106 familias, 416 personas, los niños pasan de los 200, hay un número de niños que sobrepasa al de los adultos”, detalló.

Nada de lo que una vez tuviera existe

El equipo de Paginabierta.mx tuvo la oportunidad de llegar hasta lo que era la comunidad de Laguna Larga, tres kilómetros dentro de Guatemala; ahora, lo que una vez fueron los caminos y calles de la comunidad, así como las casas, están enmontadas. La maleza las ha cubierto, quedan espacios quemados, con postes calcinados de lo que alguna vez fueron casas, hay algunas cabañas de madera que no se lograron quemar y donde fueron cortados los postes para que cayeran.

El Ejército y la Policía Federal están presentes en la zona, incluso impiden el paso de algunos habitantes, los interrogan y les piden documentación, aunque ellos entran vestidos de civiles a México para abastecerse en las comunidades cercanas.

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