El priísta Enrique Peña Nieto intensificó la privatización de la industria petrolera y se acrecentó la dependencia del extranjero, expresa la Auditoría Superior de la Federación, que también advierte que se puede poner en riesgo el suministro continuo y confiable de combustibles en el país.
Por Daniel Sánchez
CAMPECHE, Cam. 14 de julio del 2017.- Con su mal llamada Reforma Energética, el priísta Enrique Peña Nieto intensificó la privatización de la industria petrolera en el año 2016, cuando se acrecentó la dependencia del país hacia el exterior, ya que el 61 por ciento de las gasolinas consumidas en México tuvo que cubrirse con importaciones.
“De acuerdo con los diagnósticos del gobierno federal, de 2007 a 2015, la demanda de gasolinas y diésel aumentó 7.3 por ciento, al pasar de 358.4 a 384.7 mil barriles diarios; mientras que la producción en el Sistema Nacional de Refinación disminuyó 17.8 por ciento, lo que ocasionó que el volumen de importación creciera en 200 por ciento y, en consecuencia, se acrecentó la dependencia del país hacia el exterior”, expresó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
“Con la auditoría se verificó que, en 2016, año de transición entre la política anterior de monopolio estatal en materia de petrolíferos y la nueva política de mercado abierto, Pemex satisfizo la demanda nacional de gasolinas y diésel al 100 por ciento. La de gasolinas se cubrió con 60.8 por ciento de importaciones y 39.2 por ciento de producción nacional, y la de diésel, con 53.5 por ciento de producción nacional y 46.5 por ciento de importaciones”, puntualizó.
El organismo fiscalizador federal realizó una revisión de desempeño a la Secretaría de Energía sobre el abasto de gasolinas y permisos para su importación, y encontró que “en 2016, la Sener y la CRE (Comisión Reguladora de Energía) diseñaron e implementaron mecanismos para regular y supervisar las actividades de refinación, importación, exportación, transporte, almacenamiento, comercialización, distribución y expendio al público de gasolinas y diésel, así como para la apertura paulatina del mercado a la participación privada”.
Con esto, agregó, “avanzaron en el establecimiento de las condiciones para que dicho mercado sea capaz de abastecer al país de dichos combustibles, de una manera eficiente y competitiva, en beneficio de la ciudadanía en general, que depende de los petrolíferos para transportarse, así como de los tres sectores económicos y que los utilizan como insumo para las actividades productivas que realizan”.
“No obstante, la Sener no estableció estrategias programáticas y procedimentales en materia de garantía de suministro de petrolíferos y almacenamiento mínimo de petrolíferos, y la CRE careció de mecanismos para sancionar a los permisionarios, deficiencias que pudieran afectar que la política se implemente conforme a su diseño y obstaculizar el desarrollo de un modelo energético eficiente y competitivo; en consecuencia, se puede poner en riesgo el suministro continuo y confiable de gasolinas y diésel, en detrimento de las actividades económicas del país”, advirtió.
En el dictamen, emitido el seis de junio de 2017, fecha de conclusión de los trabajos de auditoría, se determinó que “antes de la Reforma Energética de 2013, Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios eran responsables de la refinación del petróleo crudo, así como de la producción, importación, distribución y comercialización de las gasolinas y el diésel”.
“Con la Reforma Energética, se abrió el mercado de dichos combustibles a la participación privada y se eliminó la responsabilidad de Pemex de asegurar la satisfacción de la demanda, con objeto de permitirle centrarse en la generación de valor económico”, indicó.
“Ante este escenario, se le confirió a la Sener la atribución de conducir la política para garantizar que el mercado abastezca las gasolinas y diésel que demanda el país, y de emitir los mecanismos de regulación y supervisión en materia de permisos de refinación de crudo, e importación y exportación de gasolinas y diésel”, precisó.
“La Comisión Reguladora de Energía tiene la facultad de promover la competencia en el sector y de propiciar una adecuada cobertura nacional en materia de petrolíferos, mediante la regulación y supervisión de permisos de transporte, distribución, almacenamiento, comercialización y expendio al público”, abundó.
Mencionó que en el 2016, la Sener otorgó 183 permisos de importación de gasolinas, de los cuales 181 fueron para particulares y dos para Pemex, así como 103 para la importación de diésel, de los cuales 102 fueron a particulares y uno a Pemex, y supervisó el cumplimiento de las condiciones establecidas en éstos.
“De 2015 a 2016, el número de permisos para la importación de dichos combustibles concedidos a los particulares se incrementó de 36 a 283, y el volumen que les fue autorizado a importar aumentó de 35.1 a 161 mil 857.6 millones de litros para gasolinas y de 0.4 a 41 mil 767.6 millones de litros para diésel, lo que da cuenta del interés de los privados en participar en el mercado”, aseveró.
En tanto, la CRE otorgó y supervisó mil 488 permisos, de los cuales el 48.3 por ciento fue para el expendio en estaciones de servicio; el 33.7 por ciento, para el transporte; el 9.2 por ciento, para la comercialización; el 8.4 por ciento, para la distribución y el 0.4 por ciento, para el almacenamiento de gasolinas y diésel.
Para consultar el documento completo de la ASF: