Coordenada
Por Lupita Ramos
El Congreso Nacional Indígena se constituyó el 12 de octubre de 1996, planteándose ser la casa de todos los pueblos indígenas, es decir, un espacio de reflexión y solidaridad para fortalecer las luchas de resistencia y rebeldía, con sus propias formas de organización, de representación y toma de decisiones de quienes forman parte de los pueblos, naciones y tribus originarios de este país México: Amuzgo, Binnizá, Chichimeca, Chinanteco, Chol, Chontal de Oaxaca, Chontal de Tabasco, Coca, Comcac, Cuicateco, Cucapá, Guarijío, Ikoots, Kumiai, Lacandón, Mam, Matlazinca, Maya, Mayo, Mazahua, Mazateco, Mixe, Mixteco, Nahua, Ñahñu/Ñajtho/Ñuhu, Náyeri, Popoluca, Purépecha, Rarámuri, ,Sayulteco, Tepehua, Tepehuano, Tlapaneco, Tohono Oódham, Tojolabal, Totonaco, Triqui, Tzeltal, Tzotzil, Wixárika, Yaqui, Zoque, Afromestizo y Mestizo.
Los pueblos que conforman el CNI constituyen la asamblea general reunida en el Congreso, que es su máximo espacio de toma de decisiones colectivas, en donde todas y todos tienen la palabra para decidir, se rigen por siete principios: 1. Servir y no servirse. 2. Construir y no destruir. 3. Representar y no suplantar. 4. Convencer y no vencer. 5. Obedecer y no mandar. 6. Bajar y no subir. 7. Proponer y no imponer.
En 1998, en el II Congreso Nacional Indígena en la ciudad de México, se pronunciaron por la Consulta Nacional para el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y el fin de la guerra de exterminio.
En el 2001, en el III Congreso Nacional Indígena realizado en Nurío, Michoacán, se pronunciaron por el reconocimiento constitucional de los derechos colectivos.
En el año 2006, en el IV Congreso Nacional Indígena, en San Pedro Atlapulco, tras mucha reflexión, decidieron suscribir la Sexta Declaración de la Selva Lancandona: ejercer hasta sus últimas consecuencias la autonomía en los hechos y la resistencia indígena.
Este año, el 27 y 28 de mayo, la asamblea constitutiva del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) del Congreso Nacional Indígena (CNI), realizada en San Cristóbal de las Casas, nombró a sus 71 integrantes y determinó por acuerdo de su Asamblea General, nombrar como vocera a María de Jesús Patricio Martínez, dedicada a la medicina tradicional y a la lucha por su comunidad; originaria del pueblo Náhuatl de Tuxpan, Jalisco, quien será candidata y representará la voz de los pueblos originarios del CIG en el proceso electoral del año 2018.
Cuando comunicaron el acuerdo en la asamblea, se pudo escuchar: “La comandancia pide permiso a la asamblea para platicar con la compañera María de Jesús Patricio, a quien se propone como vocera del Consejo Indígena de Gobierno y preguntar qué siente su corazón y si se puede hacer ese trabajo… pensamos que la compañera Marichuy no se vende, no claudica y no se rinde”.
Y tienen razón, Marichuy es de una sola pieza, la conocí como consejera de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, cuando yo fui Visitadora General y Lupita Morfín, presidenta.
Sin duda, el corazón de Marichuy le aconsejó que sí, que representara la lucha por la vida y la dignidad de los pueblos indígenas, de todas, de todos: “no vamos por votos, nuestra pelea es por la vida”. Gracias Marichuy por hacerle caso a tu corazón.
[email protected] @lupitaramosponce