CIMACFoto:César Martínez López Por Argentina Casanova* Enunciarnos feministas es un acto valeroso, en un mundo de desprecio y violencia contra las mujeres, pero especialmente contra aquellas que deciden transgredir el canon de la ciencia, y de los saberes fundados en visiones patriarcales que, por supuesto, han permeado los ámbitos de la fe y la teología. Ser feminista y mujer de fe supone el esfuerzo de deconstruir la noción más patriarcal del mundo. No se trata...

