La juzgadora María Concepción Hernández vincula a proceso a Abdulio Hernández Pech, desechando todos los argumentos del abogado de la defensa, Gustavo Noceda, quien anuncia que se irá al amparo directo.
Por Ronny Aguilar CAMPECHE, Cam. 25 de agosto del 2016.- La jueza María Concepción Hernández dictó auto de vinculación a proceso contra Abdulio Hernández Pech, imputado de homicidio en grado de tentativa contra oficiales de la Policía Estatal Preventiva, que le dispararon en una carretera del poblado de Xbacab, Champotón, y tuvo que ser intervenido de emergencia en el hospital general de la capital campechana. La juzgadora Hernández –la misma de los casos contra ex funcionarios de la Secretaría de Salud y contra un maestro de Cantemó- validó la versión oficial y puso al imputado en medida cautelar de prisión preventiva hasta la finalización del proceso. Los abogados de Hernández Pech señalaron que buscarán un amparo directo contra la vinculación a proceso de su cliente. En una audiencia que inició a las 17 horas de ayer y se prolongó por más de seis horas, la jueza concedió la vinculación a proceso contra Abdulio Hernández por intento de homicidio, ordenando la medida cautelar de prisión preventiva, después de que fuera detenido por presunta tala de madera y terminara con herida de bala que le perforó los riñones y le tuvo que ser retirada parte del hígado, según la Fiscalía “en legítima defensa” de los oficiales. Después de tres audiencias y de que venciera la duplicidad del plazo constitucional, por fin se resolvió la vinculación a proceso en un caso que está plagado de irregularidades e inconsistencias. En está ocasión, la Fiscalía presentó como pruebas únicamente las declaraciones de los cuatro policías estatales que participaron en la detención, mismas que las jueza dio por ciertas, ya que en su relatoría, el discurso así lo hizo ver, desacreditando todos la versión de la defensa, dejando vulnerable al ahora imputado, tomando como principio que el sujeto se encontraba en el lugar y circunstancias que hacen ver la posibilidad de que se haya cometido, y es que en este sistema, según la jueza, es esto suficiente para dictar la vinculación que ahora tendrá a esta persona en la cartel hasta que se resuelva si es o no culpable. Según la versión de los agentes, la cual fue ampliada, los hechos sucedieron de la siguiente manera: pasado el mediodía del día seis de agosto, una unidad se percata de que una camioneta blanca, con redilas, transportaba madera, por lo que le marcó el alto, encendiendo la torreta y pitándole, aun pese a esto, el vehículo no se detiene e inicia una persecución, y al no detenerse, hacen varios disparos al aire. Desde este momento ya hay inconsistencias, puesto que no se apega al protocolo desde el momento que usa su claxon el oficial y no su altavoz y micrófono para pedir de manera específica la detención y la situación se complica más si hay disparos al aire, lo que hace que la persona agredida no detenga su paso, esto fue expresado por la defensa en su oportunidad. Asimismo, se planteó que los tripulantes de la camioneta que inició persecución, pidió apoyo a una segunda unidad, que cerró el paso de la carretera, lo que ocasionó la detención del vehículo de redilas, y detrás se detuvo la siguiente unidad. Los policías señalaron que tres personas descendieron de la unidad blanca y corrieron a la maleza, dándose a la fuga, mientras que el conductor descendió, cargó una piedra de gran tamaño para arrojarla a los oficiales con intención de matar, sin embargo, fue sometido por la espalda y se resistió, fue cuando llegó una segunda camioneta roja, donde se encontraba Abdulio, quien al llegar al lugar, recibió el grito de su hermano, el primer detenido: “Baja la escopeta, los vamos a matar”, éste desciende desarmado y al oir esto, los policías estatales se resguardan en espera, pero éste aborda la unidad policiaca con la intención de atropellarlos , ya que entre los vehículos había un espacio de tres metros, según la relatoría de los agentes. El hermano del imputado, Filiberto, quien también fue denunciado por tentativa de homicidio y exonerado por no tener elementos probatorios, le grita nuevamente: “Atropéllalos y mátalos” y éste acelera, pero no alcanza a hacer daño, puesto que los oficiales saltaron a la maleza, (sin resultar con heridas visibles, ni raspones de las espinas), es cuando el imputado se da de reversa y arremete nuevamente contra los oficiales, pero es evitado lo anterior, ya que recibe un balazo que frena toda la acción. La defensa cuestionó que por qué no se disparó a las llantas de la unidad, pero no fue tomado en cuenta, ya que estaba en riesgo la vida de los oficiales. La defensa pidió elementos probatorios de esta declaración y se presentó un croquis a manera de peritaje de lo sucedido, la prueba estaba basada en la declaración de los oficiales y consistía en una hoja de papel dibujada a lápiz con dos líneas paralelas simulando una carretera, y cuatro óvalos, uno de manera vertical y tres más horizontales, estos eran los vehículos, este dibujo fue anexado como prueba, se pidió huellas de la palanca de velocidades y volante de la unidad pero esto no se presentó, se pidió evidencia científica de los hechos, pero tampoco se presentó, aunque se dijo que había pruebas de que las manchas de la unidad eran sangre humana, según constata químico biólogo de la Universidad Autónoma de Campeche, nada de los forenses. La defensa alegó que no existían evidencias, puesto que los policías cambiaron todo el lugar de los hechos al mover los vehículos y al lavarse las manos, aunque señalaron de igual forma que no se encontró residuos de pólvora ni de los primeros, ni de los segundos disparos, siendo que esta dura más de 24 horas, aun cuando se laven las manos con jabón convencional. Llama la atención que hay dos acusados de secuestro por los hechos de protesta derivados de este caso, mismos que están acusados de someter a los agentes del Ministerio Público que llegaron a hacer peritaje, aunque en este caso hay una declaración de los agentes ministeriales, que señala que antes de quemaran las unidades, les dieron la oportunidad de bajar las evidencias en bolsas herméticas y sus armas, por lo que estuvieron retenidos con sus armas, radios y teléfonos, además de las evidencias. Durante la audiencia, el abogado defensor, Gustavo Noceda Caamal, hizo constar que todo el caso parece indicar que los policías intentan a toda costa protegerse entre ellos de un acto de abuso de autoridad, inculpando a su defendido, además de que el Estado opera en favor de los elementos, a fin de preservar el discurso de limpieza de la cooperación que se ha adoptado falsamente. Al salir de la audiencia, Noceda Caamal señaló que estaba sumamente desilusionado, puesto que la jueza se limitó a repetir lo señalado por la representación social (Fiscalía), básicamente en criterios elaborados previamente. “Afirmaba y repetía lo que el fiscal dijo, se está privando de la libertad a una persona que no está acreditado su delito”. Manifestó que se interpondrá un amparo contra la imputación. “Pareciera que existe este criterio de los jueces, que dicen que mejor se apegan a lo que diga el fiscal y que otro juez absuelva, nosotros interpondremos un amparo directo, ojalá que este sistema si persiga la justicia y no continúe la inquistoriedad hasta ahora, parece la misma gata, pero revolcada”, puntualizó.
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