DestacadosOpinionLibertades y compromisos

admin11/04/2016

11art Por Arturo Moo Cahuich La izquierda mexicana siempre ha enfrentado muchos retos en su trayectoria. Las etapas van desde la organización, los proyectos, estrategias y líderes. Pero el principal obstáculo es la confrontación con el gobierno o el sistema político. El gobierno priista por supuesto que no quiere ser desplazado del poder. Y cuando lo perdió, armó estrategias para recobrarlo a como diera lugar. Con ilícitos incluidos. Otro escollo que tiene la clase gobernante priista, principalmente, son los periodistas. Esos profesionales de la información que, armados con valor y ética, anteponen la dignidad y sus ideales antes que ser arrollados por la corrupción que emana de las esferas gubernamentales. Claro que hay chayoteros, pero ese es otro espécimen. Ambos flancos causan preocupaciones y dolores de cabeza, pero en el gobierno se las ingenian con artimañas para disminuirlas o controlarlas. Validos de la corrupción, complicidades, amenazas, sobornos, premios e intimidaciones, imponen la fuerza del poder y someten. Así, el espionaje del gobierno, la corrupción en Los Pinos y su Casa Blanca, los documentos de Panamá, las órdenes al INE para retirar candidaturas de Morena, etc. Acciones que en otros países provocan renuncias y sanciones, aquí causan cínicas carcajadas y la expresión de que no pasa nada, no te preocupes, compadre. Pese a que la libertad de expresión está garantizada constitucionalmente, es tanto el torpedeo a periodistas que en el colmo del cinismo se castiga a los verdaderos comunicadores y exoneran la corrupción, como el caso de Enrique Peña Nieto y su Casa Blanca y el despido de Carmen Aristegui por denunciar al corrupto. Vemos entonces que todo aquello que signifique riesgo para la clase política gobernante, se le destruye o se le corrompe. En redes sociales, trascendió que el actual gobierno federal, usando estrategias y malas mañas, apoyado por el órgano electoral, conservó la presidencia de la República. Por ello, el interés presidencial de someter y controlar la internet desde Los Pinos. Para manipular la información que llega al pueblo. Es de mucha actualidad la opinión del periodista mexicano Jorge Ramos, radicado en Estados Unidos, en el sentido de que el periodismo es contrapoder. Dice que el lugar del periodista está del otro lado del poder. “Nos equivocamos cuando estamos del lado de los poderosos, de los empresarios”. La principal función social del periodista es cuestionar y denunciar el abuso de los que tienen el poder”. Claro que esta postura conlleva sus riesgos y facturas, como las que paga Aristegui por sus trabajos de investigación. Recordemos también que desde 1992 han asesinado a más de 80 periodistas. La experiencia de Ramos lo lleva a convocar al rescate del concepto de periodismo como rebelión, servicio y contrapoder. “Nos toca hacer las preguntas que nadie quiere hacer. Si no cuestionamos, nadie más lo hará”. Esta visión de periodismo coincide con la que ejerce Paginabierta, periodismo digital en Campeche. Por cuestionar a Moreno Cárdenas, titular del Ejecutivo, despierta su ira y tilda de enemigo al reportero y al medio, bajo argumentos arcaicos. Olvida sus tantos compromisos de campaña, entre ellos combatir la corrupción y poner reflectores a la transparencia. Acaso con ira se pretende ocultar temas de corrupción, como el de Oceanografía, que sentó sus reales en Ciudad del Carmen y la explotación de hidrocarburos. Asunto donde miles de millones de pesos se fueron a los paraísos fiscales. Como anillo al dedo viene la expresión del referido Jorge Ramos, los periodistas de provincia que enfrentan a los criminales y a los gobernantes, son heroicos. Tan de actualidad se encuentra la libertad de expresión que la SIP, Sociedad Interamericana de Prensa, realizará un foro internacional en México en los próximos meses. La asamblea abordará el repunte de agresiones a periodistas, la revolución digital, las nuevas expresiones del crimen organizado en la región, el debate sobre la liberalización del consumo de drogas en varias naciones de América Latina, entre otros. En cuanto a la izquierda mexicana, cuando provoca el temor de ganar la gubernatura de Zacatecas, el cómplice INE le retira el registro al candidato de Morena. Para concluir, diremos que a los ciudadanos les corresponde ejercer sus libertades a plenitud y a los gobernantes, cumplir sus compromisos. Ni más ni menos.

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