Páginabierta.mx da a conocer evaluación técnica realizada por el investigador de Ecosur, Manuel Weber, en octubre del 2005, sobre el destino que podría tener el “Socorrito Cabrera”, hoy “Francisco Brown”.
Por Ronny Aguilar CAMPECHE, Cam. 20 de julio del 2015.- El ocho de octubre del 2005, el investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Manuel Weber, realizó una evaluación técnica del Centro Ecológico, que en ese momento se llamaba “Socorrito Cabrera viuda de Rodríguez”, hoy “Francisco Brown Gantús”. A casi 10 años del estudio y después de cuatro administraciones municipales, las condiciones son las mismas. Weber señaló que el propósito del documento era la elaboración de una evaluación técnica de las condiciones en la que se encontraban los animales, con el fin de encontrar la mejora en su calidad de vida. En el escrito, precisó que el “Centro Ecológico está ubicado en el municipio de Campeche, sobre la avenida Escénica, en una zona de acahual secundario y resguarda una gran variedad de animales nativos y exóticos. En 1996, se constituyó y posteriormente se registró como una UMA de manejo intensivo (registro ante la Semarnat # 0039-1996) sobre una extensión de 10 hectáreas”. “Este desarrollo surge por la iniciativa de un particular, la Secretaría de Ecología del Estado y el apoyo de Semarnat. De estas hectáreas, 1.5 están destinadas para áreas recreativas y 1.5 para las clausuras. Las áreas recreativas comprenden áreas verdes, una pista de patinaje y ciclismo, un área para picnic, columpios y resbaladillas”, detalló. El científico explicó que el nombre es engañoso, puesto que no es ni zoológico, ni un centro recreativo, ni mucho menos un centro ecológico, pues las áreas anteriormente descritas no dejan claro los objetivos, señalando incluso que el diseño de las clausuras no ha sido realizado por ningún especialista, sino por los mismos empleados del lugar. “Estas construcciones son probablemente el resultado de la demanda de diversidad de clausuras y jaulas, producto de las donaciones indiscriminadas de animales, tantos nativos, como exóticos, así como por decomisos realizados por la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente”, agregó. “En el Centro, laboran 12 trabajadores de tiempo completo, 10 de ellos con 10 años de experiencia y dos de nuevo ingreso. La atención veterinaria es altruista y realizada por un grupo de veterinarios locales especialistas en pequeñas especies domésticas (perros y gatos), pero cabe aclarar que no cuenta con ningún especialista en fauna silvestre, lo que impide la reinserción de las especies a la vida silvestre y propicia su inadecuado manejo; entre otros problemas”, abundó. “Fuera de temporada de vacaciones, los fines de semana, el lugar recibe cerca de 100 visitantes y hasta mil personas durante el período vacacional, según informes del administrador, en su mayoría de escuelas primarias, secundarias y preparatorias, pero esta cifra resulta difícil de creer, dadas las limitaciones del personal”, apuntó.
Descripción de los Encierros (Jaulas) “Todos los encierros están hechos de malla ciclónica, con postes de metal. Las jaulas están en pésimo estado y la mayoría de los espacios no son los adecuados, los suelos están demasiado erosionados por la actividad constante de los animales y la sobrecarga de los mismos, y ya no tienen vegetación natural, por lo que habría que reforestar con carácter de urgente el lugar y los encierros. Los trabajadores diseñan las jaulas y no tienen equipo de soldadura”, mencionó. El doctor Weber realizó un detallado recuento de los animales y las condiciones en las que se encontraban ubicadas, e indicó que para mejorar las condiciones generales del Centro, se deben hacer las siguientes preguntas: ¿Qué es lo que se quiere del Centro? ¿Cuál es y cuál será su vocación? ¿Qué es lo que se pretende hacer con él? y ¿Cuál es el objetivo? “El Centro es un poco de todo y requiere de la definición de su vocación. Una vez decidido el rumbo, necesitará de una urgente remodelación. En caso de no ser viable, es mejor, por el bienestar de los animales, que el Centro desaparezca y que los animales sean canalizados a zoológicos que cuenten con condiciones óptimas”, expuso. “De convertirse en un zoológico, dadas las limitaciones del espacio y el serio peligro de contagios, éste debería ser de fauna nativa local y con una selección muy cuidadosa de qué especies y cuántos individuos deberán mantenerse, para lo cual habría que sacar a todas las especies exóticas y recurrir a especialistas para el rediseño de las clausuras, que cuenten con esclusas y alejadas del paso de los visitantes”, subrayó. “Si se pretende que sea un “centro ecológico”, se requiere personal especializado en fauna silvestre para la conservación y reinserción de algunas especies a su hábitat, así como “fichas técnicas” que expliquen al visitante el origen y costumbres de los animales, además de contar con actividades en materia educativa. El concepto moderno de un centro ecológico debe, además, cumplir con tareas constantes de educación ambiental serias y bien definidas”, añadió. “Si por el contrario, se pretende que sea únicamente un centro educativo en materia ambiental, no se necesita contar con tantos animales de la misma especie, pero esta consideración tiene poco potencial, ya que se encuentra en un acahual (vegetación secundaria) mal conservado, desde el punto de vista de estructura y composición de la vegetación (arbórea principalmente). Sin embargo, de ser así, se puede resolver por medio de un programa de reforestación cuidadoso y dioramas”, asentó. El especialista manifestó que “si el centro pretende convertirse en un centro de rehabilitación de fauna (CRF) silvestre, tendría que replantearse completamente su vocación hacia ello y planear cuidadosamente su diseño y funcionamiento”. “Los CRF en Norteamérica (EUA y Canadá) no permiten el paso a turistas, ni visitantes y cuentan con un hospital veterinario e instalaciones adecuadas para lograr la rehabilitación de fauna. Los CRF en Europa permiten las visitas controladas del público, pero tienen centrado su objetivo en la rehabilitación y reintroducción de fauna al medio silvestre. Un CRF únicamente mantiene, rehabilita y atiende ejemplares de fauna nativa (local)”, explicó. “Para el buen funcionamiento de cualesquiera de las opciones, es muy importante resolver otro problema grave, que es que constantemente se reciben anímales donados y también decomisados por la Profepa, tanto nativos, como fauna exótica; animales domésticos o silvestres criados como mascotas”, advirtió. “El centro tiene una capacidad finita (que evidentemente ya alcanzó). Esta situación se puede corregir por medio de una fuerte campaña mediática, que informe a la población de la imposibilidad de recibir animales indiscriminadamente y que al mismo tiempo eduque. Sin embargo, será indispensable encontrar los canales adecuados y hacer los vínculos necesarios con otras instituciones para solucionar el problema de mascotas, tanto exóticas, como nativas, no deseadas o decomisadas, por lo que la comunicación con las autoridades pertinentes sobre esto es indispensable”, puntualizó.
Adjunto el escrito del doctor Manuel Weber: SOCORRITO Evaluación Weber