Como parte de la estrategia de Estados Unidos de Norteamérica en la guerra comercial que ha hecho caer los precios del petróleo, Petróleos Mexicanos anunció que importaría hasta 100 mil barriles diarios de crudo ligero del vecino país del norte. En el mes de noviembre, según los Indicadores Petroleros de la compañía petrolera mexicana, exportó 182 mil barriles diarios de crudo ligero, tipo Istmo, y 113 mil barriles cada día de crudo superligero, tipo Olmeca. Por Daniel Sánchez CIUDAD DEL CARMEN, Cam. 10 de enero del 2015.- En una decisión claramente antinacional y entreguista del gobierno del priísta Enrique Peña Nieto, al ser parte de la estrategia de Estados Unidos de Norteamérica en la guerra comercial que ha hecho caer los precios del petróleo, Petróleos Mexicanos anunció que importaría hasta 100 mil barriles diarios de crudo ligero del vecino país del norte. Pemex justificó su intención en que utilizaría el hidrocarburo comprado a los estadunidenses “para mezclarlos con nuestro petróleo y mejorar el proceso de refinación”, pero nada más innecesario, cuando el país, en el mes de noviembre, según los Indicadores Petroleros de la compañía petrolera mexicana, exportó 182 mil barriles diarios de crudo ligero, tipo Istmo, y 113 mil barriles cada día de crudo superligero, tipo Olmeca. Hace dos días, la nueva “empresa productiva del Estado” dio a conocer que “ante la oportunidad comercial que representa el incremento significativo de producción de crudos ligeros en Estados Unidos y la reconfiguración de los sistemas de refinación de México, presentó a la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de EUA una propuesta de intercambio de petróleo crudo”. “Bajo este esquema propuesto, México importaría hasta 100 mil barriles diarios de crudos ligeros y condensados de Estados Unidos, con el propósito de mezclarlos con nuestro petróleo y mejorar así el proceso en las refinerías de Salamanca, Tula y Salina Cruz, las cuales tienen configuración cracking, a cambio de la exportación de crudos mexicanos pesados, para ser procesados en las refinerías estadunidenses de alta conversión coking”, expresó. Aclaró que “esto no representa un compromiso adicional a los 803 mil barriles diarios de crudo mexicano que se exportaron en promedio a EUA el año pasado”. “Entre otros beneficios, este intercambio fortalecería las relaciones comerciales México-EUA, en el marco del TLCAN, además de obtenerse una mayor eficiencia logística en términos de menores costos de transporte. Asimismo, el acuerdo permitiría maximizar el margen de refinación, de acuerdo con la configuración de las refinerías de cada país”, agregó. Al respecto, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Fabio Barbosa Cano, aseguró que “la importación de crudo es una propaganda en el marco de la guerra de petróleo que estamos viviendo y que puede afectar a México”, ya que “los 100 mil barriles no lo convierten en una nueva potencia exportadora”. Barbosa Cano afirmó que los “problemas de logística” de Estados Unidos, principalmente en la región del Golfo de México, provocan que tenga un déficit para refinación de petróleo pesado y un excedente en producción de ligeros, que son los que planean importar a México. “Nuestro país no obtendrá beneficio alguno de realizar dicha importación, lo que realmente sucede es que se está ayudando a los Estados Unidos a resolver su problema transitorio de excedentes. Lo que hoy está en marcha es un proceso de integración energética del bloque de América del Norte, con los Estados Unidos como potencia hegemónica y nuestra República como una pieza subordinada, vendedora de crudo en bruto y compradora de refinados”, expresó. “Si existiera un gobierno realmente representativo de los intereses nacionales, haríamos un esfuerzo por romper esa dependencia, pero con el actual sistema político y el modelo económico, esa dependencia se va a profundizar”, advirtió.
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