Por Carlos Cervera Ancona Pasadas y recientes “desapariciones” de millonarias cantidades se han sucedido en la Comuna campechana, en la de la ciudad capital, sin “menospreciar” a Ciudad del Carmen, en tiempos ‘mandatarios’ de la ancianita, ex repostera profesional, Aracely Escalante Jasso de Lliteras, viuda del ex alcalde carmelita, la misma que se llevó un montón de millones de las arcas carmelitas y además, dejó la más cuantiosa de las deudas heredadas. Otro caso que sonó un tiempecito, pero ahí quedó, fue en el trienio de Carlos (Lorenzo al revés)  Pacheco Castro, cuando modernizó la avenida llamada de los Gobernadores, donde se clavó, que diga, invirtió 60 millones de pesos, el alboroto no pasó a más, porque el gobierno estatal ‘trancó’ todo rumor al respecto. Pero antes de las arcas municipales, en la misma capital del estado, Campeche obviamente, salieron caminando 40 millones que nunca  regresaron los cabrones, cuando el presidente municipal era el actual gobernador, Fernando Ortega Bernés. En aquella ocasión, la censura a los medios fue total, ni una pinche palabra sobre los “huidizos” 40 melones municipales. Y aunque los otros 10 municipios no cantan mal las rancheras, sus  participaciones son tan poquitas, que sí se roban una lana, pero como dijera un alcalde del centro del país: “Si robé cuando fui alcalde, pero poquito”, al menos se sinceró con su pueblo el canijo individuo. El ‘recordatorio’ llegó a nuestros días, o sea, con este trienio a cargo de una señora que se quiere ‘sacrificar’ por su pueblo seis años más, decimos seis años más, porque está a punto  de terminar su trienio en la presidencia municipal de Campeche. Y saben una cosa, nadie  sabe a dónde fueron a parar 26 millones de pesos, producto del préstamo que le autorizó el Congreso local, ¿Será que lo utilizarán en las campañas como aseguran los ‘maldosos’? Ojalá que mi editor no le saque al parche, pues lo aquí comentado lo saben muchos campechanos, no lo estamos inventando, ni difamando a alguien en especial, no es ese nuestro estilo, nos gusta  decir la verdad, aunque les cueste reconocerla. Son estas cosas las que están a punto de sepultar al PRI, decimos a punto, porque aún saca la cabecita para respirar. Y son los jóvenes los que están ahogando con sus resistencias al vetusto sistema político, que regresó luego de prestar la estafeta 12 años a la “alternancia”, que ofreció cambiar, pero nada cambió realmente. Y ojalá no tengan la ocurrencia de lo acostumbrado, en el corrupto viejo sistema ‘del borrón’ y cuenta nueva, los tiempos han cambiado, o comienzan a cambiar para beneplácito de la sociedad en su totalidad. Son los jóvenes, repetimos, los artífices del cambio, que comienza a tomar forma. No son los corruptos funcionarios los de la iniciativa en mención, son los tiempos actuales los que están obligando al presidente Enrique Peña Nieto a cambiar, o los problemas se multiplicarán y no conviene a su gobierno seguirlos padeciendo. ¿Cómo se puede remediar la  situación? Muy fácil, fuera los  corruptos de su gabinete federal, lo mismo de los gabinetes estatales y los municipales, que aparezcan los 26 millones de la Comuna campechana, para que no haya más recordatorio$$$.