El Obispo de Campeche, monseñor Francisco González González, llamó a los representantes de los medios de comunicación a publicar con verdad y veracidad, y señaló que la corrupción del país y lo acontecido en Ayotzinapa es porque no se siguen los principios del bautismo. El pronunciamiento fue en la homilía de la misa del mediodía, ofrecida a los comunicadores. Por Ronny Aguilar CAMPECHE, Cam. 9 de noviembre.- El Obispo de Campeche, monseñor Francisco González González, llamó a los representantes de los medios de comunicación a publicar con verdad y veracidad, y señaló que la corrupción del país y lo acontecido en Ayotzinapa es porque no se siguen los principios del bautismo. Durante la homilía de la misa del mediodía, ofrecida a los comunicadores, el jefe de la Iglesia Católica campechana hizo el llamado a los comunicólogos para que ejerzan su trabajo con veracidad y con responsabilidad, para informar de manera correcta a la población lo que está aconteciendo. Monseñor González González afirmó que lo ocurrido en Ayotzinapa es parte de que “no nos estamos apegando al principio de bautizo, pues se están dejando de seguir las enseñanzas de la Santa Iglesia, para caer en pecado. Asimismo, resaltó el hecho de que quienes gobiernan también están alejados de la palabra de Dios, y que por eso predomina la corrupción y el egoísmo, ya que si fuera de distinta manera, la repartición de los recursos económicos del país sería más equitativa y menos predominante de un grupo de la población, es así que insistió en seguir el precepto del bautismo y obedecer las sagradas escrituras. Explicó que en las sagradas escrituras, Jesús dijo que si derrumbaban el templo, él lo reconstruiría en tres días, pero hablaba de su cuerpo como templo, por lo que el modo de cuidar nuestros templos, como hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, es no dejar que se corrompa de tal manera que evitemos caer en pecado. Asimismo, se ordenaron en esta misa, ministerios de lectura y acolitados, por lo que el Obispo de Campeche pidió a quienes ascienden en el camino a la gracia, que permanezcan en la palabra y en oración, pues solo así podrán ser siervos de Dios y puedan servir a su causa y realizar su trabajo encomendado como es debido.