DestacadosSociedad CivilEmergencia nacional afecta periodismo: CIMAC

admin31/10/2014

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Lucía Lagunes Huerta, coordinadora general de la organización Comunicación e Información de la Mujer A.C. advirtió que México está en una emergencia nacional, donde no hay condiciones para realizar un periodismo veraz, y reveló que el país se ha convertido en el tercero más peligroso para ejercer el periodismo, luego de Irak y Somalia, que están en guerra. ??????????????????????????????? La periodista subraya la necesidad de paz en el país, pero no una paz sepulcral, sino una paz real, de justicia y dignidad, donde la libertad de expresión sea una realidad y no un enunciado, en donde ser periodista, sea sinónimo de orgullo y no de vergüenza y miedo. Por Ronny Aguilar CAMPECHE, Cam. 30 de octubre.- Lucía Lagunes Huerta, coordinadora general de la organización Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC) advirtió que México está en una emergencia nacional, donde no hay condiciones para realizar un periodismo veraz, y reveló que el país se ha convertido en el tercero más peligroso para ejercer el periodismo, luego de Irak y Somalia, que están en guerra. En la presentación del informe “Impunidad. Violencia contra mujeres periodistas”, en el Palacio Legislativo, Lagunes Huerta sostuvo que en México, pareciera que se tiene también una condición de guerra, pero en contra de las y los periodistas, por lo que se debería tener diálogos con los diferentes poderes, para así poder garantizar una prensa libre y que voltee los ojos a una sociedad, que está exigiendo ser escuchada. La periodista subrayó la necesidad de paz en el país, pero no una paz sepulcral, sino una paz real, de justicia y dignidad, donde la libertad de expresión sea una realidad y no un enunciado, en donde ser periodista, sea sinónimo de orgullo y no de vergüenza y miedo. “La población exige que las leyes que protegen sus derechos sean respetadas, lo que ocurrió ayer en el diálogo con los padres de estos estudiantes desaparecidos en Guerrero y Peña Nieto, es una muestra de una clara emergencia, al salir de esta reunión, decían ellos que habían llegado a la esfera más alta del poder de este país, pero que aun así, no tenían una respuesta de ¿Dónde están nuestros hijos? Esa es la pregunta que 43 familias y una nación se están haciendo y no hay respuestas”, expresó. La defensora de los derechos humanos de la mujer en los medios de comunicación manifestó que el país está en una emergencia, la cual debe ser atendida, e indicó que “estamos careciendo de dos cosas para un periodismo veraz, de condiciones dignas de trabajo y de una vida libre de violencia hacia las mujeres y hacia las y los periodistas”. Se adentró en la situación de conflicto social que está suscitándose en el Estado de Guerrero y la incertidumbre de los 43 estudiantes desaparecidos hasta el momento, mientras ya en las calles se empiezan a detonar los choques, como el de ayer en la Casa Guerrero. Señaló que a raíz de este contexto de Guerrero, se está dando violencia en contra de las periodistas y de los derechos humanos de todos los ciudadanos, que se quiere callar con la compra de páginas en medios extranjeros de salvadores de México y borrando las agresiones de los informes oficiales. “Sacar a la luz pública lo que los poderosos prefieren mantener alejado del escrutinio público, se está volviendo el motivo de la agresión, lo que nos impide cumplir con nuestro trabajo de mantener a la población informada con veracidad y haciendo el ejercicio de la supervisión de los poderes legales y facticos, que incomoda a estos poderosos, que han hecho de la trampa la mentira y la corrupción pública, su vida y su forma de ejercer el poder, pero cuando se ataca a la libertad de expresión le va mal a la democracia”, aseveró. De ahí, agregó, que la sociedad nos mire a los que hacemos periodismo, como sus defensores, porque aun cuando pareciera trillado, es necesario repetir que cuando se amordaza a un periodista las sociedades quedan ciegas, sordas y muchas, como dice María Zambrano: “Es preferible siempre una verdad peligrosa, que una servidumbre tranquila”, y hoy nuestro país nos está pidiendo arriesgarnos. “Hace unos minutos, dialogaba con compañeras periodista de Guerrero y les preguntaba cómo están y me dicen que están bien, que la gente no quiere salir a las calles y que los comercios están cerrados, que no hay agresiones hacia sus personas, porque solo se están cubriendo derechos humanos, que a quienes agreden es a los compañeros que están en el enfrentamiento”, agregó. Resaltó que hay cosas que ni aún nosotros percibimos, sobre todo cuando es una vulneración propia, en el caso de las periodistas, y mencionó que la vulneración se presenta desde el hecho de ejercer la maternidad. “Hay cosas que están pasando que nos cuesta ver como periodistas, una de las cosas que están pasando es Guerrero y hoy nos coloca como nación en una situación difícil, ellas dicen que dejan de reportear temprano, no lo están viviendo como agresión, los que somos periodistas sabemos que no tenemos horario y el tener que cambiar nuestra rutina para regresar a nuestros hogares temprano, es una violencia que limita nuestra libertad de expresión, además de que muchas están reporteando desde las casas, porque a aunque no se diga, todas las escuelas están cerradas, y por lo tanto, no tienen donde dejar a sus hijos y eso también es un tipo de violencia”, apuntó. Las condiciones del trabajo periodístico La representante de CIMA informó sobre lo complicado que es ser una fémina profesional de la información, sobre todo en un país como el nuestro, en el que la represión y el condicionamiento económico a las editoriales, hacen de la noticia un botín, y en este marco, afirmó que en 2012 y 2013, fueron agredidas 86 mujeres periodistas por su trabajo de investigación. Detalló que en el 2008, su organización realizó un informe diagnóstico sobre condiciones laborales, mismo que está en proceso de actualización, y citó que el sueldo promedio de una compañera reportera, que trabaja 16 horas al día, con un solo día de descanso, es de 300 dólares al mes. Además, abundó, “la mayoría de ellas no cuanta con seguridad social, por lo que cuando deciden ejercer la maternidad, se tiene que sacar de esos 300 dólares para el pago de guarderías, pero surge otro problema en torno a las guarderías, ya que no están hechas para las reporteras, puesto que aun las guarderías del Seguro Social cierran a las seis de la tarde y la comunicadora, se ve impedida y vulnerada en esta cuestión, ya que aledaño a esto, en ninguna redacción o jefatura de información, se te permite dejar el trabajo abandonado por ir a buscar a tu hijo”. Aseguró que cuando se inhibe de alguna forma o se coarta de alguna manera la actividad periodística, ya se está viviendo en violencia, sin la necesidad de que se sufra algún tipo de agresión directa, percepción que no se da aún en las y los trabajadores de la comunicación. Dio a conocer que ahora, las reporteras mexicanas viven 90 por ciento más violencia que en el año 2002, con el registro de 184 mujeres periodistas que han sido violentadas de algún modo, o con algún tipo de violencia reconocida en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, esto con el propósito de hacer que se abandone la investigación periodística. De ese total de mujeres reporteras agredidas, el seis por ciento son feminicidios y el dos por ciento están desaparecidas, además de que el año 2012 y 2013, 86 mujeres periodistas han sido violentadas en su trabajo de investigación. Hizo mención de valiosas reporteras, como lo es el caso de Ana Lilia, reportera que evidenció hace cuatro años las corruptelas del PAN con Oceanografía, lo que le valió el exilio en Alemania, sin que se pueda acercar a este país, en donde se hizo reportera, o el caso de Lidya Cacho Ribeiro, quien reveló la trata de personas en los círculos más altos de las esferas políticas, que le ha valido nueve años exigiendo justicia ante las constantes amenazas, o el lamentable y trágico caso de Regina Martínez Pérez, quien le dio luz a la prepotencia y misoginia gubernamental en Veracruz. “A CIMAC, la defensa de los periodistas y los derechos humanos de las mujeres le ha costado dos allanamientos violentos, sin que la autoridad realice la debida investigación, violando con ellos el derecho a la debida diligencia y el acceso a la justica, en estos cuatro casos, se evidencia la ausencia de una investigación exhaustiva y expedita, el prejuicio sexista que lleva a las autoridades a investigar desde el ámbito privado y personal de las periodistas y no desde su labor profesional como periodista, la revictimización y la negación de la justicia, esto es el ejemplo de lo que cada día enfrentan las periodistas”, explicó.

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