OpinionNadie por encima de la ley

Ronny Aguilar15/03/2018

Por: Luis Antonio Libertad

El discurso dice “nadie por encima de la ley”, sin embargo, el usar la ley para estar encima, es lo peor de una administración que parece no tolerar las críticas, que lleva dos años repitiendo hasta el hartazgo que “los que están en contra de todo y a favor de nada, no quieren a Campeche”. La crítica puede ser tomada desde dos vertientes, la que señala un acto incorrecto, llámese una mansión de 100 millones de pesos en una de las áreas más exclusivas de la ciudad, un exceso de vehículos blindados y guardias de seguridad fuertemente armados contraviniendo el remarcado punto de que somos la entidad más segura, el pago por debajo del agua hacia columnistas que o alaban o denostan a los que critican.

Nadie por encima de la ley debería de aplicarse hacía tres ex alcaldes señalados por la Auditoría Superior de la Federación por desvíos, el ex alcalde de Champotón,  Hecelchakan y Candelaria. Estos tres, señalados por usar dinero del erario, son ahora, flamantes funcionarios en el gobierno del estado, es más, el último tiene una denuncia por manutención de una hija no reconocida y no ha pasado nada.

Nadie por encima de la ley, daño en propiedad pública en los inicios del gobernador, agresión agravada, duplicidad en actas de nacimiento, mentir en el Congreso al ostentarse como licenciado de la universidad estatal y luego resultar que es de otra en la que se dice, nunca puso un pie. Hace poco, un columnista nacional habló de las compras de este ¿licenciado? En la tienda Louis Vuitton que no tendría nada de extraño si no hubiera pagado con fajos de efectivo que llevaba su escolta en una maleta deportiva, eso se presta a suspicacia, ¿de dónde sale el efectivo? Quizá del mismo lugar del que salía en su campaña cuando repartía miles de pesos para obtener apoyo (sí, mucho más de lo que obtenía en su cargo como legislador).

Nadie por encima de la ley y no obstante, las obras monumentales (y absurdas) que pretende realizar, no contaban con el Impacto Ambiental, es decir, se pasó la ley por el lado más oscuro de su anatomía y en lugar de reconocerlo, buscó culpables. El ahora gobernador, cuando era regidor, tuvo una denuncia por manutención de parte de la madre de su primogénito y lo que hizo fue buscar que se modificara su salario en al ayuntamiento ¿Qué pasó? No pasó nada por supuesto.

Ahora bien, esto que se escribe aquí es solo una pequeña muestra de que la ley parece ser selectiva y en el caso del periodista Miguel Villarino Arnábar, el escritor de la columna en redes más leída del estado Bestiómetro, uno de los más acérrimos críticos de este gobierno, la ley se utilizó para intimidarlo y buscar callarlo junto con la complicidad de todo un sistema. Siguieron a Miguel, lo detuvieron con fuerza excesiva frente a su esposa y el más pequeño de sus hijos, a la esposa no le informaron nada dejándola en un estado de angustia que pocos podrían soportar, el pequeño niño, debe haber tenido una fuerte impresión al ver a su padre jaloneado y a su madre, a punto de la histeria.

El cargo por el cual fue detenido “Manutención” en la audiencia se demuestra la falsedad de esto y al salir es detenido nuevamente, ahora bajo el cargo de “sustracción de menores”, otra audiencia, reincidencia, un cargo que no ameritaba prisión preventiva, la demostración de que se tuvo la patria potestad y que a las 24hrs extrañamente, la jueza que lo otorgó, se retractó, las pruebas de que la madre sabía dónde estaba el niño, en que escuela estaba inscrito, el que ella se lo hubiera pedido porque no tendría tiempo de atenderlo pues al trabajar en el Instituto Electoral del Estado de Campeche, estaría muy ocupada, que el periodista hacía 4 meses que no veía a su hijo. No, nada de eso importó, la jueza lo mandó a prisión cautelar. ¿Consigna? Eso parece o quizá la ley, tristemente deja de ser justa para convertirse en brazo ejecutor de un gobierno que tiene la piel muy sensible a la crítica de sus excesos, de su mitomanía, de sus absurdos, de su nepotismo, de su enriquecimiento inexplicable y en la demostración de fuerza que suple un ego dañado por creer en los cantos de sirena que lo hicieron pensar en ser candidato presidencial, presidente del PRI o estar para “grandes ligas” cuando es visible que no puede ni siquiera con el paquete de un estado en paz, rico en recursos y con escasa población.

A los meses de haber entrado decía que el estado “le quedaba chico”, ahora queda claro que, cómo publicó Miguel Villarino Arnabar, no es lo mismo ser borracho que cantinero y ahora vemos, la delicada piel que tiene quien dice ser “político de carrera” que no acepta que se le señalen su “supremos” errores.

No, gobernador, el estado no le quedó ni le quedará chico nunca, por el contrario, usted, nos quedó minúsculo en tolerancia, capacidad y administración de un estado de nuestro país.

#BestiometroNoSeCalla

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