Por Ronny Aguilar
LERMA, Cam. 12 de noviembre del 2016.- En el último mes, se han presentado más de tres decenas de robos a pescadores ribereños en alta mar, la autoridad se niega a revelar las cifras oficiales, aun cuando existe la enorme necesidad de que se creen estrategias de protección para los hombres de mar. Esta es la crónica de un asalto en el mar.
Adrián Valdés Vivas y Edrey Manrique Matú son dos pescadores ribereños campechanos, son compañeros de pesca y fueron asaltados hace algunas semanas en el mar, ambos accedieron a contarle a Paginabierta.mx un poco de la violencia que vivieron en el mar, cuando fueron asaltados una madrugada octubre.
Como de costumbre, ambos llegaron a su trabajo a las 16:30 horas, ambos son empleados de “Don Eduardo”, tomaron sus cosas y salieron vía la mar en punto de las cinco de la tarde, avanzaron siete millas mar a dentro como de costumbre, hasta ubicarse en donde suelen pescar, frente a la terminal de Pemex Refinación.
La noche transcurrió sin nada fuera de lo normal, hay que mencionar que siempre dejan una luz por las noches para poder ser vistos y evitar accidentes, ninguno de los dos estaba dormido, eran las tres y media de la madrugada, pronto terminaría la noche y habría que volver, escucharon el ruido de lanchas, se percataron que eran dos, la primera se adelantó y los embistió por el costado de su bote, y cuando levantaron el rostro, vieron las armas que ya estaban apuntándoles.
“Cuando vimos que se acercaban le digo: Compa, ya nos cargó. Cuando nos golpearon, pensamos que no nos habían visto, pero qué va, cuando viramos a ver ya tenían la pistola apuntando, mientras uno nos apuntaba, los otros dos saltaron a la lancha nos sometieron con armas largas, nos dijeron que no nos movamos y nos dejaron ahí”, expresaron.
“Revisaron todo, pidieron celulares, pero no cargamos celulares, tenían armas largas y cortas, sólo pudimos ver una lancha y eran tres los que iban, porque cuando nos someten, se paran encima de nosotros, y nos encañonaron y nos pusieron las armas en la cabeza, nos taparon la cara con unas cobijas y la ropa de nosotros, solo sentimos que pegó la otra lancha y ellos parece que son los que se pegan a quitar los tornillos del motor”, apuntaron.
Señalaron que fue difícil que quitaran el motor, se tardaron alrededor de 20 minutos, y entre los asaltantes, la desesperación también estaba presente pues se insultaban y se metían presión: “Dale, dale, ya es tarde, nos van a joder, apúrate”, decían los malhechores.
“Parece que ese día fuimos los últimos de la madrugada, ya de donde quedamos nosotros ya no había otra lancha, solo una más, pero no se acercaron, la otra lancha estaba a una milla más o menos, el chavo de la lancha dice que los alumbró cuando pasaron con su lámpara y que echaron dos balazos al aire y apagó el foco, ese día, según, se robaron como 20 motores”, indicaron.
Relataron que los están identificando por la luz que tiene su lámpara, misma que les permitió ver por breves momentos cuatro motores en la embarcación que los embistió, todos ellos sin tapas.
“No nos resistimos, no tenía caso, iban bien armados, nos quedamos quietos, de momento no sentimos nada, nada más hacíamos caso, cuando se fueron si nos pusimos nerviosos, hubo un momento que si me sacó de onda, porque el compañero viró a ver y nos regañaron, que no volteáramos, que su arma esta al tocar de dedo y podía ocurrir una desgracia y nos punzaban y punzaban con el arma”, mencionaron.
Coincidieron que el temor que tenían estaba en cuando se fueran los bandoleros, en esos veinte minutos les dio tiempo para pensar que cuando los dejaran, les iban a disparar, pero no sucedió.
“Nos dijeron ya nos vamos, no se muevan, quédense en el suelo que los tenemos en la mira, pero cuando se quitaron, nos levantamos y ya se estaban yendo, porque primero se fue una, que es donde iban los motores y luego la otra se quedó a revisar otra vez si no teníamos celulares, porque no creían que no llevábamos celulares -cómo es posible que no tengas celular- y yo le decía que no y sus compañeros le decían al que me revisaba que me registraran bien, que lo estaba guardando”, puntualizaron.
Explicaron que no podrían reconocer las voces si las volvieran a oir, aunque había seis diferentes, y afirmaron que las lanchas que los atacaron eran de las nuevas que está entregando el gobierno, tal cual las entregan, con motores grandes que no hacen tanto ruido.
Aseveraron que el afectado es el patrón, porque el robo fue hacia él, que lo único que sienten es impotencia y coraje.
“Solo andan jodiendo a los otros sin ponerse a ver que es la chamba de uno, no piensan que estamos jodidos y la neta que uno no se defiende, si estuviéramos armados nos jugábamos la vida, nos van a joder, pero nos llevamos unos cuantos”, advirtieron.
Expresaron que les queda la desconfianza, ya que en cualquier momento puede pasar nuevamente, porque solo esperan que se calmen las cosas y salen a robar nuevamente con toda impunidad, y aseguraron que hay muchos robos, tan solo esa noche hubo más de 20, pero muchos no denuncian.