Por Verónica Lozada Del otro lado del charco, un xenófobo que busca la presidencia de los Estados Unidos Americanos dijo que los inmigrantes mexicanos son violadores, entre otras lindezas. De ese mismo lado, un juez acaba de imponer una condena de sólo seis meses de cárcel –que se reduciría a tres— a un verdadero violador: un joven blanco y adinerado. De este lado del charco, nuestro México lindo y que herido. Uno que porta el título de presidente de los Estados Unidos Mexicanos no dijo ni pío, cuando el odiador número uno del vecino del norte escupió su odio sobre los paisanos que salen huyendo del país, a riesgo de su vida, en busca de una supervivencia que no encuentran en su propia y maravillosa tierra. Igualmente de este lado, hace unos días acaba de estallar un escándalo público por las graves acusaciones que lanza Nayeli Martínez contra Virgilio Andrade –el Secretario de la Función Pública—, a quien pinta como un pervertido doble moral de cuerpo entero y quien se supone que es el que vigila que los funcionarios de gobierno no cometan actos de corrupción. Mientras tanto, por nuestros lares circuló una nota de denuncia titulada Alitolovers: homofobia selectiva; en la que se acusa a textoservidores[1] de acusar de homosexuales a los críticos de Alejandro Moreno –Alito, quien despacha como gobernador de Campeche—. El autor de dicha nota sentencia: la homofobia que ejercitan contra los críticos del sistema la olvidan por completo a la hora de recibir dinero de Alito. Se trata de un odio selectivo que se distrae si la loca entrega chayo[2]. Rumor público que en la nota toma forma de acusación directa y abierta bastante preocupante. Aquí mismo, en la bella Campeche, acaba de ser entronizado José Echavarría Trejo en la Comisión de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Campeche (Cotaipec); para garantizar la Transparencia y Rendición de información como derecho público, nada menos que el empleado de un pariente del gobernador, según afirma un medio local, y acusado de ser “mapache” del PRI. ¿Es que no hay gente honesta y capaz para los puestos públicos o el requisito es ser corrupto de cinco estrellas? ¡Qué desolación! En síntesis, ya sea en los yunaites, en México o en nuestro estado, los funcionarios públicos van caminando en sentido contrario del compromiso moral y los valores éticos que hacen grande a una nación. Insultan, engañan, ni siquiera resultados mediocres son capaces de entregar, dilapidan el presupuesto irresponsablemente –léase monumentales endeudamientos—, no soportan la crítica, son rencorosos y vengativos y practican el nepotismo a todo lo que da; ejemplos de sobra en prensa nacional e internacional. Así, entre los que mueven los hilos desde el norte y los que ejecutan de este lado del charco, el panorama luce sombrío, nada alentador. Tal parece que se han propuesto conducirnos a una creciente degradación moral que obliga a preguntarnos ¿A dónde vas México? [1] Conocidos por peñaboots o alitoboots por trabajar desde un ordenador para saturar la percepción pública. [2] http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:tobxIt0tXHgJ:bestiometro.blogspot.com/2016/04/alitolovers-homofobia-selectiva.html%3Fview%3Dmosaic+&cd=2&hl=en&ct=clnk&gl=mx&client=firefox-b-ab
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