El especialista en Genética Vegetal, Carlos Tucuch, señala que las semillas modificadas genéticamente son un engaño, con una gran colaboración del gobierno mexicano, hacia el campesinado, que ahora tiene que generar riquezas para las grandes empresas transnacionales, a costa de sus tierras y su trabajo.
Primera parte Por Ronny Aguilar CAMPECHE, Cam. 10 de abril del 2016.- El maíz de origen o maíz criollo se encuentra en grave riesgo de desaparecer y uno de los principales motivos es el engaño que han resultado ser las semillas híbridas y ahora las transgénicas, impulsadas principalmente por la transnacional Monsanto, pero con una gran colaboración del gobierno mexicano, lo cual afecta al campesinado, que también padece los estragos económicos de generar riquezas para las grandes empresas, a costa de sus tierras y su trabajo. El ingeniero agrónomo, con maestría en Genética Vegetal y dos postdoctorados en genética vegetal por la Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro”, actualmente catedrático de la Universidad de Agronomía de Calkiní, Carlos Alejandro Tucuch Cauich, concedió una entrevista extensa a Paginabierta.mx acerca de la problemática y el riesgo que enfrenta el maíz de origen, ante la introducción de modificaciones y alteraciones genéticas, y cómo el gobierno mexicano ha apoyado esta intromisión de las grandes empresas en el campo, generando la pérdida de la soberanía alimentaria y la caída económica del campo. Desde hace unos años, los transgénicos han estado presente en los diarios, las investigaciones científicas, los medios de comunicación y documentales, generalmente de dos maneras, con la demanda ciudadana por las afectaciones al medio ambiente, por la devastación que genera la agroindustria y los comprobados estragos que causa en la salud. Mientras que por otra parte, casi en general, las autoridades gubernamentales desmintiendo y minimizando lo anterior y señalando beneficios poco palpables, pero sí muy rentables económicamente hablando. Uno de los cultivos que actualmente se encuentra en litigio, es el maíz, el cual aún no cuenta con un permiso para su siembra como transgénico en México, pero que se había estado sembrando sin regulación, apoyado por la Sagarpa, lo cual generó y sigue generando grandes movilizaciones y actividades en defensa del medio ambiente, principalmente por los antecedentes que ha generado Monsanto en todo el mundo por sus cultivos. Carlos Alejandro Tuchuch, científico con trabajos en materia de modificación genética en maíces tropicales, señaló que además de lo ya señalado por diversos medios y ambientalistas, existe un peligro que pocas veces se visibiliza en las proporciones debidas, que es la posible desaparición del maíz criollo. El especialista indicó que se está perdiendo con esto nuestro patrimonio genético, pues con las semillas que están surgiendo, se está teniendo una contaminación genética, producto de los cruzamientos indeseables con los nuevos maíces híbridos principalmente, lo cual requiere un rescate urgente y un mejoramiento de estos productos. Explicó que el maíz criollo tiene una amplia variabilidad genética. “Al paso de los años, miles de años, ha habido una recombinación genética desde nuestros ancestros hasta nuestros tiempos, lo que le ha conferido una riqueza al maíz criollo en cuanto a variabilidad, esto le confiere resistencia, estabilidad ambiental, resistencia a sequía, a ciertos insectos, etc”, expuso. “El híbrido, por su parte, es un material que tiene una reducida variabilidad genética, qué quiero decir con esto, que es susceptible a plagas o ataques de insectos o condiciones adversas, hay que anexarle el alto costo y que sólo se pueden sembrar en una sola época del año, además de que existe una reducción en la producción, cada generación se va reduciendo un 50 por ciento de su capacidad productiva, hasta que llegue el momento en que el producto realmente no rinda nada y tengan los productores que buscar otro tipo de semillas híbridas”, apuntó. -Entonces la pregunta se hizo evidente ¿Por qué se siembra maíz híbrido en todo el territorio del país y del estado, si el deterioro de la tierra, económico, de producción y de salud, está latente? Planteó que antes de contestar eso, había que irnos a la historia y remontarnos hasta varios años atrás, al 1798, cuando el científico Thomas Robert Malthus vaticinaba una gran hambruna mundial a mediados del siglo XIX, en su tesis sobre “El principio de la población”, en la que manejaba que la población aumenta de una manera exponencial y la producción de alimentos de forma lineal, lo que ocasionó que la ciencia evolucionara y comenzara con la “Revolución verde” (1960-1980) y con revolución verde nos referimos al uso de fertilizantes y agroquímicos, que posteriormente da paso al desarrollo de la agricultura genética y el cultivo de tejidos, que también se decía que iba a ser la solución a este problema de hambruna, pero que en cambio, solo se ha ido aplazando. Y es que aunque en el discurso el problema de la escasez de alimentos es atractivo, en la realidad las empresas productoras de semillas y agroquímicos, como Monsanto, Syngenta, DuPont o Pioneer, solo buscan su crecimiento económico para lo cual se condiciona al campo. “Actualmente está la generación de los híbridos, pero lo único que quieren las compañías es la dependencia económica de los campesinos hacia ellos, es verdad, tienen alta productividad, pero a cambio de qué, a cambio de un alto costo de producción y necesidad de fertilizantes, pesticidas y agroquímicos, es decir mayores costos y deterioro ambiental”, puntualizó.
No es rentable la siembra de híbridos y transgénicos “La realidad es que no la hay (rentabilidad), si uno platica con los productores, que son los actores reales de la producción agrícola del país, ellos te mencionan que es una cuestión de tradición, de cultura, que es lo único que ellos realmente saben hacer y que por lo tanto, lo tienen que hacer para sobrevivir”, indicó. “Pero analicemos brevemente el costo de producción y la rentabilidad, el costo de producción del maíz viene oscilando entre los ocho mil pesos por hectárea, una buena producción de maíz consideramos que es de cuatro toneladas básicamente, a dos mil 500 pesos la tonelada, hablamos de 10 mil pesos, te deja una ganancia de dos a tres mil pesos, no considero que sea rentable, esto es en cuanto al uso de híbridos”, detalló. Tucuch Cauich dijo que la ganancia real es para quien vende las semillas que se siembran en nuestros campos, esas semillas híbridas que no son mágicas, sino que están impulsadas y condicionadas a los agroquímicos que les ponen, lo cual contamina, tanto al producto que comemos, como al suelo donde se planta, con lo que solo se beneficia el empresario. “Definitivamente, los intereses de las grandes compañías trasnacionales son muy fuertes, podemos hablar de muchas compañías, pero una en específico, Monsanto, es la que tiene controlada la producción de agroquímicos en el mundo y básicamente ellos son los que realmente se llevan la ganancia”, reiteró. “Te venden paquetes de híbridos, pero anexado a esas semillas, van los herbicidas, fungicidas, pesticidas y que es donde está el negocio de estas compañías, la semilla es el gancho, te la venden como una semilla más productiva, pero la realidad está en el negocio de los agroinsumos que acompañan a la semilla y no hay políticas públicas encaminadas a favorecer a los productores, pero si a las grandes empresas transnacionales”, asentó.
Complicidad del Estado en cambio de híbrido a transgénico -La pregunta es cómo es que el gobierno ha respaldado estas acciones de las empresas y cómo se cambió la visión del campo hasta lo que tenemos hoy El experto señaló que podríamos irnos varios años atrás, cuando el gobierno federal implementó el programa kilo por kilo, que consistía en regalar la semilla híbrida, pero luego ya no te la regalaban, al paso de los años, te daban nada más el 50 por ciento, luego pagabas el 75 por ciento y ahora la tienes que pagar todo. “El único que se favoreció fue el empresario trasnacional, lo único que hicieron fue que el productor generara una dependencia total al material y al final de cuentas, el programa federal solo sirvió para promocionar este material, pero insisto, el problema no es el material, sino los materiales extras que usa, ellos pueden rendir ocho toneladas, pero a base de qué, de grandes cantidades de químicos”, aseveró. “El problema es la mala planeación del gobierno y lo mismo que pasó con los híbridos en el estado, ahora lo estamos viendo con los transgénicos, en el país se ha publicado en algunas revistas serias que los transgénicos ya están en etapa experimental en el país y eso nos llevará al acabóse de nuestra agricultura tradicional, si no se aplican medidas adecuadas a tiempo”, sentenció. Las diferencias entre las semillas criollas, híbridas y transgénicas: Es necesario explicar que las semillas criollas o de origen son las que han estado presentes de manera permanente en nuestro campo, usadas por nuestros ancestros mayas, estas semillas han desarrollado genéticamente condiciones únicas y especiales para esta zona, parte de nuestro patrimonio cultural y de gran valor genético, estas semillas son la base de las que se siembra ahorita y que son las híbridas, y es que se ha hecho una combinación de maíces criollos para fortalecer algunas nuevas razas, partiendo de su base de germoplasma, sin embargo, estas semillas dependen mucho de los químicos tan contaminantes, además de que carecen de fuerza germoplásmica y año con año, se van deteriorando, pues no cuenta con variabilidad genética. Mientras, los transgénicos son organismos genéticamente modificados, los híbridos igual, solo que de manera tradicional, manejados a través de métodos de cruzamiento tradicional, los transgénicos no, son a base de un aislamiento de genes, de ADN, el trabajo es de laboratorio y de genes de diferentes especies plantas y animales, se hacen mezclas de genes, de ADN, el primer transgénico registrado es un tomate que se le insertó un gen de un pez de Siberia para que el tomate resista bajas temperaturas y actualmente tenemos un tomate transgénico que fue alterado en su estructura genética para ser sembrado en temperaturas muy bajas. En la segunda parte de la entrevista, el doctor explicó cómo es que las modificaciones genéticas que se han realizado en los transgénicos, podrían causar malformaciones genéticas en seres humanos, pues se generan especies con estructuras genéticas diferentes, que lo que estamos consumiendo en los productos que ingerimos, sin que se nos informe.
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