OpinionMinicomentario

admin08/02/2016

8cre Por Nínive García Cuando estaba en el proceso de selección de candidatos del PRI, varixs priístas me expresaron que si Alejandro Moreno Cárdenas, alias “Alito”, se convertía en el candidato oficial de ese partido a la gubernatura de Campeche, acelerarían su proceso de jubilación del sector público y otros simplemente se irían del estado. Otras personas me aseguraban que dudaban que ello ocurriera, porque también estaba entre los aspirantes Renato Sales Heredia. Algunas como yo consideraban lógico que teniendo a EPN (Enrique Peña Nieto) como presidente de la nación cualquier cosa podría ocurrir. Luego de las votaciones, algunas hicimos maletas y abandonamos el territorio campechano. Finalmente, algunas personas, desde fuera -no totalmente, porque finalmente Campeche es nuestra casa y volvemos periódicamente-, nos enteremos de la forma en que integrantes del gabinete de “Alito” presionan, hostigan, persiguen a quienes se atreven a no ceder a sus chantajes y a quienes son críticos del sistema. (Por cierto, recordemos que muchas de las personas que promovieron el voto a favor del PRI en su tiempo libre y que trabajaban en la administración pública, fueron obligadas a renunciar, a pesar de haber apostado todo por su candidato. Y esa renuncia se dio con humillación y sin liquidación, por tanto, así pagó ese partido a algunos de sus militantes, pero no es nada raro para un organismo político acostumbrado a las traiciones internas y en todos los niveles y a la violación sistemática de las leyes). Obviamente, quienes hoy se atreven a decir lo que ocurre, se han convertido en “enemigos de Campeche” y son señalados, incluso por los medios de comunicación y presuntos comunicadores convertidos en voceros del gobierno. Lo curioso es que finalmente los enemigos del gobierno son quienes hoy forman parte de ese sistema corrupto que quita el empleo a las personas, que presiona y chantajea, que se entrega a una política sucia. Salvo honrosas excepciones, los medios de comunicación de Campeche han faltado a su compromiso con la sociedad, con la verdad y han renunciado a la ética. Se pusieron un precio que se paga con los impuestos de todos los campechanos.

P.D. Es necesario profundizar al respecto. Primero que nada, en Campeche el principal empleador es el gobierno, no hay industrias. Por otra parte, el mal de todo gobierno ha sido despedir a quienes hacen el trabajo desde años (no me refiero a los cargos de confianza), sino operativos, para poner a sus amigos y a sus colaboradores de campaña que llegan a aprender. Creo que los funcionarios de confianza tienen claro que deben ser removidos, pero así vemos que quienes se benefician son quienes van haciendo carrera en la administración pública cual chapulines, saltando de cargo en cargo, ellos sí son beneficiados, se jubilan, incluso, con excelentes jubilaciones y finalmente, el/la trabajador/a, que no pertenece a grupo político, que solo tiene su trabajo y esfuerzo, es el jodido. No se debe callar esta situación.

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