Por Carlos Cervera Ancona No sé hasta dónde llegue la buena voluntad de la senadora de la República, Layda Elena Sansores San Román, pero la iniciativa que acaba de presentar en la Cámara Alta, demuestra una seria preocupación por la gente humilde trabajadora; y es que el seguro de desempleo que propuso la aguerrida congresista, es como una gota de bálsamo bien hechor para los modestos trabajadores que, en ocasiones, dejan sin empleo los patrones, importándoles un carajo de cómo le hagan para llevar el sustento a sus hogares. Me refiero a los trabajadores, no a las pinches lacras que toda la vida han estado colgados de los gobiernos en turno, del partido que sea. Y el seguro de desempleo servirá, como en otros países, para asegurarles a los hijos, en casos los hay menores, cuando menos algo para mitigar el hambre, mientras consiguen otra chamba. Dios bendiga a esta gran señora que realmente se preocupa por la subsistencia de la gente más necesitada, sin tanto rollo embaucador, ni la ‘envolvente’ demagogia de los ¿honestos mandatarios de todos los niveles? A la hoy senadora de la República, el pueblo campechano en su conjunto, debería agradecerle su activismo comprometido con los más necesitados, que somos mayoría en toda la nación, la gentil senadora tiene el más grande mérito para los coterráneos de todos los niveles de la sociedad: Despertó la modorra en la que nos mantenían los jilguerillos en casos, improvisados politiquillos aldeanos tercermundistas, engreídos los pobres diablos…Se acabó el vergonzoso conformismo, en el que nos mantuvimos toda la vida los campechanos, hoy gracias a Layda, perdón senadora, así nos expresamos los coterráneos por la gente que nos agrada, salimos a las calles a inconformarnos. Mucho tiene la aguerrida legisladora de su difunto y añorado padre, don Carlos Sansores Pérez, a quien su pueblo le llamaba con admiración ‘el negro’ Sansores, puede que el más grande de los políticos de esta patria chica, oriundo de la tierra querida de mis ancestros, como lo es Champotón, esa bellísima Bahía de la Buena Pelea. Muchos recordarán y a muy pocos se les pudo olvidar, que a nuestra Layda nunca le gustaron los abusos a los necesitados, como siempre han ocurrido, y siendo entonces priista, no quiso aceptar una carga más al pueblo con el incremento al IVA, por lo que las mafias tricolores la expulsaron de ese partido, y qué bueno, decimos esto porque la izquierda le abrió las puertas y ahí sigue dando lo mejor de ella, un abrazo de admiración a esta gran mujer que sí se preocupa por los más jodidos, bien por usted respetable senadora de la República.
