 Por Rocío Duque  SemMéxico  I  Hace no mucho, el presidente Obama se refería al Estado Islámico (IS) como “No islámico” y como el equipo menor  (Varsity Team) de Al Quaeda. Supongo que Obama quería con esto  tanto  minimizar la capacidad de ataque del IS como reforzar la idea de que la lucha contra el terrorismo nada tenía que ver con posiciones anti musulmanas.  A diferencia del presidente, el general Michael K. Nagata, comandante de Operaciones Especiales de Estados Unidos en el Medio Oriente , dijo sobre el IS el pasado diciembre al New York Times : “…ni siquiera entendemos la idea. “ Es decir, no sabemos de qué diablos se trata esto.  La forma de actuar, la ferocidad y la masiva atracción de combatientes extranjeros de esta nueva camada de fundamentalistas  ciertamente  son diferentes a las de Al Quaeda.   Y quizás también sus objetivos finales.  Las declaraciones del general Nagata podrían extenderse a la invasión a Irak en 2003: realmente Bush y su equipo de halcones no entendían para nada ni lo que pasaba en Medio Oriente ni, vamos, en el resto del mundo. Una ignorancia maligna, esa que juega a favor de tus ideas preconcebidas, tus prejuicios y tus intereses.  Pero lo que ciertamente  no anticipaban era la caja de Pandora que su aventura guerrera abriría. ¿Estaban muy seguros de su triunfo? .No cabe duda sobre quién desató a las Furias en Medio Oriente.  Los ataques del IS en Paris el viernes 13, que dejaron 129 muertos, 352 heridos y 7 yihadistas abatidos, no son ciertamente las primeras atrocidades que ese grupo perpetra.  Apenas unos días antes de la tragedia parisina,  ataques coordinados en Beirut  y  Bagdad y el abatimiento de un avión ruso habían dejado ya una estela de cientos de muertos.  Como suele suceder, los muertos no occidentales ocupan poco espacio y por poco tiempo la atención de los medios.  Por lo menos una docena de países han sido atacados por el IS desde el verano de 2014. Pero París hace la nota. Por supuesto, apuesto a que todos nosotros podemos señalar en un mapa donde esta Francia y mencionar dos o tres cosas sobre su cultura e historia, quizás hemos estado allá, pero ¿dónde diablos queda exactamente  Beirut? ¿Quién se acuerda de la matanza de Sabra y Shatilla, allá en los 80s, esa perpetrada por las falanges cristianas durante la brutal guerra civil de Líbano? Pero todos sabemos quién es Napoleón y donde está el Louvre.  Durante años ya, las ejecuciones sumarias, las decapitaciones, el esclavizamiento de miles de personas, el rapto y violación de mujeres y niñas, la destrucción de milenarias obras de arte, entre otras, han sido noticias prácticamente diarias.  Pero ahora miles de personas huyen de la guerra en Siria hacia Europa y otras partes,  y Paris arde. La guerra dejó de estar en un lejano, exótico lugar del Medio Oriente.  II  La virulencia y capacidad de reproducción y expansión del EI no tienen precedente en el desarrollo de otras organizaciones terroristas.  En 2006 Al Quaeda en Irak sufrió una escisión, originalmente leal a ese grupo, pero diferencias ideológicas y estratégicas entre ellos  dieron vida al EI  – originalmente Estado Islámico de Irak –.  Para 2010 y con un nuevo líder, Abu Bakr al-Baghdadi, la organización tuvo una nueva reconfiguración y 3 años después se unió al frente al Nusra, en Siria, en la rebelión contra el gobierno de Bashar al Asad,  A finales de 2013, Abu Bakr al-Baghdadi anunció la fusión de las organizaciones en Irak y Siria, bautizándolas como Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés).  (Una más comprehensiva historia del surgimiento del EI en: Siete preguntas para entender qué es Estado Islámico y de dónde surgió_  Pero la configuración del ahora conocido como Estado Islámico va más allá de su estrategia geográfica; sus bases ideológicas y los fines que persigue son, de acuerdo a varios analistas, mucho más radicales.  III  A diferencia de la organización y creencias de Osama Bin Laden  y su franquicia, Al Quaeda, para el EI  el califato en este mundo, el reinado de las leyes divinas,  no es un proceso que pase por un largo proceso de construcción de células más o menos laxas, sino un acontecimiento divino que tiene que ver directamente con una visión apocalíptica. Es, por así decirlo,  un destino manifiesto, marcado y diseñado en el Corán. Y cualquiera que no esté de acuerdo o se oponga a dicho presagio, sea musulmán o no, es un apostata y por lo tanto un blanco legítimo. De acuerdo a esta visión unos 200 millones de chiitas están condenados de antemano a muerte. Ni qué decir de los no musulmanes.  Y a diferencia de Al Queda,  el EI, para cumplir su misión, debe ocupar y controlar territorio, no sólo matar infieles.  A este momento, el EI controla no menos  de 40 mil kilómetros cuadrados y unos 8 millones de personas viven bajo su férula. Las estimaciones varían.  Algunos analistas consideran que  la visión y estrategia del EI están mucho más cercana a las distopias apocalípticas y mesiánicas de David Koresh o de Jim Jones que a las intenciones políticas de la Hermandad Musulmana y otros grupos radicales que participa eventualmente en las estructuras seculares por ganar el poder: participar en elecciones u ocupar espacios en las estructuras políticas o sociales es apostasía para el EI.  Y parte de la razón de ser del EI  es poner en práctica las leyes dictadas por el Corán y la sunnah o hadith. (Opiniones  y ejemplos de la vida del profeta Mohamed), la sharia, leyes derivadas de la profecía coránica.  La cual dicta castigos como la decapitación, la lapidación a muerte para adúlteros y adúlteras;  la crucifixión como castigo para enemigos del Islam y el esclavizamiento de judíos y cristianos que se nieguen a subsumirse. Hay sectores musulmanes que sólo reconocen el Corán como fuente de legislación y ejemplo de vida, y la interpretación del mismo está en el centro de la división entre sunitas, chiitas y otros grupos derivados de estos.  Ciertamente, en sus grandilocuentes  diatribas esta visión medieval del mundo del EI es difundida ¡vía Internet!. Uno de sus voceros, Adnani, predice: “Conquistaremos su Roma, romperemos sus cruces, y esclavizaremos a sus mujeres…si no lo logramos en este tiempo, nuestros hijos y nuestros nietos lo lograran y venderán a sus hijos como esclavos en el mercado”  Esta declaración puede parecer la obra delirante de un sociópata instalado en la época de las cruzadas, pero es parte de una lógica y una estrategia que ha costado ya miles de vidas. En verdad, no entendemos de qué se trata.  IV  Por supuesto, la mayoría de los musulmanes practicantes del mundo no necesariamente apoyan semejantes barbaridades. Pero la sharia, en diversas versiones más o menos brutales, es base para legislación  en países como Arabia Saudita, Mauritania (donde la esclavitud es legal) ,Sudán, Brunei, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Yemen, Irán, Irak y Afganistán.  Decir que el EI no tiene nada qué ver con la fe musulmana es como decir que la Inquisición no tiene nada qué ver con la religión católica o con la cristiandad; o pensar que los asesinatos de trabajadores de la salud que proveen servicios de aborto nada tienen que ver con la postura del catolicismo sobre el asunto del derecho a decidir.  Aunque por supuesto, la mayoría de católicos y cristianos no andan matando doctores por ahí, ni lo promueve. O que las leyes que permiten el encarcelamiento, persecución y asesinato judicial de homosexuales y lesbianas tampoco tienen qué ver con creencias religiosas.  Por supuesto, ya no quemamos brujas… ¿o sí?: En Nigeria y el Congo, evangélicos y pentecostales han provocado asesinatos de niños acusados de brujería, ellos han sido quemados o desfigurados con ácido. Perfectamente de acuerdo a las enseñanzas bíblicas: “No soportaras que una bruja/o viva” (Éxodo 22:18). En Uganda evangélicos americanos han impulsado la pena de muerte para gays.  Si la Biblia fuera ley, no estaríamos manteniendo esta conversación.  V  Ahora Francia ha bombardeado bases del EI, sin duda no sólo militantes de ese han muerto y Rusia ya está dentro de esta guerra. El EI ya ha advertido a los demás países de la coalición en su contra, encabezada por Estados Unidos,  que los atacará.  Sin embargo, el presidente Obama acaba de anunciar, en una muy enérgica presentación,  que no invadirá Siria y advirtió a sus muy seguros críticos de la derecha guerrerista e islamofóbica que : “Si algunos quieren despotricar y tienen una opinión sobre lo que quieran hacer, que presenten un plan específico…En lo que no estoy interesado es en posar o perseguir alguna noción del liderazgo de América o de América ganando o cualquier otro slogan con el que quieran salir..estoy muy ocupado para eso”, dijo un Obama muy enojado. Habló sobre su visita a un hospital militar donde vio chicos que habían perdido sus piernas o habían quedado paralizados por las guerras en Irak y Afganistán  y  “…Por eso,- dijo – …no me puedo dar el lujo de jugar los juegos políticos que otros quieren jugar”.  Ojalá eso lo hubiera dicho hace años, pero más vale tarde que nunca. Bien por Obama.  Por lo pronto, el EI sigue en su misión apocalíptica de instalar el siguiente califato predicho  y los primeros en pagar la cuenta serán los miles de refugiados que huyen de la barbarie.  Los demás, los que vivimos en países de la coalición anti Estado Islámico, pues que ese dios en el que no creo, nos agarre confesados.
  Por Rocío Duque  SemMéxico  I  Hace no mucho, el presidente Obama se refería al Estado Islámico (IS) como “No islámico” y como el equipo menor  (Varsity Team) de Al Quaeda. Supongo que Obama quería con esto  tanto  minimizar la capacidad de ataque del IS como reforzar la idea de que la lucha contra el terrorismo nada tenía que ver con posiciones anti musulmanas.  A diferencia del presidente, el general Michael K. Nagata, comandante de Operaciones Especiales de Estados Unidos en el Medio Oriente , dijo sobre el IS el pasado diciembre al New York Times : “…ni siquiera entendemos la idea. “ Es decir, no sabemos de qué diablos se trata esto.  La forma de actuar, la ferocidad y la masiva atracción de combatientes extranjeros de esta nueva camada de fundamentalistas  ciertamente  son diferentes a las de Al Quaeda.   Y quizás también sus objetivos finales.  Las declaraciones del general Nagata podrían extenderse a la invasión a Irak en 2003: realmente Bush y su equipo de halcones no entendían para nada ni lo que pasaba en Medio Oriente ni, vamos, en el resto del mundo. Una ignorancia maligna, esa que juega a favor de tus ideas preconcebidas, tus prejuicios y tus intereses.  Pero lo que ciertamente  no anticipaban era la caja de Pandora que su aventura guerrera abriría. ¿Estaban muy seguros de su triunfo? .No cabe duda sobre quién desató a las Furias en Medio Oriente.  Los ataques del IS en Paris el viernes 13, que dejaron 129 muertos, 352 heridos y 7 yihadistas abatidos, no son ciertamente las primeras atrocidades que ese grupo perpetra.  Apenas unos días antes de la tragedia parisina,  ataques coordinados en Beirut  y  Bagdad y el abatimiento de un avión ruso habían dejado ya una estela de cientos de muertos.  Como suele suceder, los muertos no occidentales ocupan poco espacio y por poco tiempo la atención de los medios.  Por lo menos una docena de países han sido atacados por el IS desde el verano de 2014. Pero París hace la nota. Por supuesto, apuesto a que todos nosotros podemos señalar en un mapa donde esta Francia y mencionar dos o tres cosas sobre su cultura e historia, quizás hemos estado allá, pero ¿dónde diablos queda exactamente  Beirut? ¿Quién se acuerda de la matanza de Sabra y Shatilla, allá en los 80s, esa perpetrada por las falanges cristianas durante la brutal guerra civil de Líbano? Pero todos sabemos quién es Napoleón y donde está el Louvre.  Durante años ya, las ejecuciones sumarias, las decapitaciones, el esclavizamiento de miles de personas, el rapto y violación de mujeres y niñas, la destrucción de milenarias obras de arte, entre otras, han sido noticias prácticamente diarias.  Pero ahora miles de personas huyen de la guerra en Siria hacia Europa y otras partes,  y Paris arde. La guerra dejó de estar en un lejano, exótico lugar del Medio Oriente.  II  La virulencia y capacidad de reproducción y expansión del EI no tienen precedente en el desarrollo de otras organizaciones terroristas.  En 2006 Al Quaeda en Irak sufrió una escisión, originalmente leal a ese grupo, pero diferencias ideológicas y estratégicas entre ellos  dieron vida al EI  – originalmente Estado Islámico de Irak –.  Para 2010 y con un nuevo líder, Abu Bakr al-Baghdadi, la organización tuvo una nueva reconfiguración y 3 años después se unió al frente al Nusra, en Siria, en la rebelión contra el gobierno de Bashar al Asad,  A finales de 2013, Abu Bakr al-Baghdadi anunció la fusión de las organizaciones en Irak y Siria, bautizándolas como Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés).  (Una más comprehensiva historia del surgimiento del EI en: Siete preguntas para entender qué es Estado Islámico y de dónde surgió_  Pero la configuración del ahora conocido como Estado Islámico va más allá de su estrategia geográfica; sus bases ideológicas y los fines que persigue son, de acuerdo a varios analistas, mucho más radicales.  III  A diferencia de la organización y creencias de Osama Bin Laden  y su franquicia, Al Quaeda, para el EI  el califato en este mundo, el reinado de las leyes divinas,  no es un proceso que pase por un largo proceso de construcción de células más o menos laxas, sino un acontecimiento divino que tiene que ver directamente con una visión apocalíptica. Es, por así decirlo,  un destino manifiesto, marcado y diseñado en el Corán. Y cualquiera que no esté de acuerdo o se oponga a dicho presagio, sea musulmán o no, es un apostata y por lo tanto un blanco legítimo. De acuerdo a esta visión unos 200 millones de chiitas están condenados de antemano a muerte. Ni qué decir de los no musulmanes.  Y a diferencia de Al Queda,  el EI, para cumplir su misión, debe ocupar y controlar territorio, no sólo matar infieles.  A este momento, el EI controla no menos  de 40 mil kilómetros cuadrados y unos 8 millones de personas viven bajo su férula. Las estimaciones varían.  Algunos analistas consideran que  la visión y estrategia del EI están mucho más cercana a las distopias apocalípticas y mesiánicas de David Koresh o de Jim Jones que a las intenciones políticas de la Hermandad Musulmana y otros grupos radicales que participa eventualmente en las estructuras seculares por ganar el poder: participar en elecciones u ocupar espacios en las estructuras políticas o sociales es apostasía para el EI.  Y parte de la razón de ser del EI  es poner en práctica las leyes dictadas por el Corán y la sunnah o hadith. (Opiniones  y ejemplos de la vida del profeta Mohamed), la sharia, leyes derivadas de la profecía coránica.  La cual dicta castigos como la decapitación, la lapidación a muerte para adúlteros y adúlteras;  la crucifixión como castigo para enemigos del Islam y el esclavizamiento de judíos y cristianos que se nieguen a subsumirse. Hay sectores musulmanes que sólo reconocen el Corán como fuente de legislación y ejemplo de vida, y la interpretación del mismo está en el centro de la división entre sunitas, chiitas y otros grupos derivados de estos.  Ciertamente, en sus grandilocuentes  diatribas esta visión medieval del mundo del EI es difundida ¡vía Internet!. Uno de sus voceros, Adnani, predice: “Conquistaremos su Roma, romperemos sus cruces, y esclavizaremos a sus mujeres…si no lo logramos en este tiempo, nuestros hijos y nuestros nietos lo lograran y venderán a sus hijos como esclavos en el mercado”  Esta declaración puede parecer la obra delirante de un sociópata instalado en la época de las cruzadas, pero es parte de una lógica y una estrategia que ha costado ya miles de vidas. En verdad, no entendemos de qué se trata.  IV  Por supuesto, la mayoría de los musulmanes practicantes del mundo no necesariamente apoyan semejantes barbaridades. Pero la sharia, en diversas versiones más o menos brutales, es base para legislación  en países como Arabia Saudita, Mauritania (donde la esclavitud es legal) ,Sudán, Brunei, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Yemen, Irán, Irak y Afganistán.  Decir que el EI no tiene nada qué ver con la fe musulmana es como decir que la Inquisición no tiene nada qué ver con la religión católica o con la cristiandad; o pensar que los asesinatos de trabajadores de la salud que proveen servicios de aborto nada tienen que ver con la postura del catolicismo sobre el asunto del derecho a decidir.  Aunque por supuesto, la mayoría de católicos y cristianos no andan matando doctores por ahí, ni lo promueve. O que las leyes que permiten el encarcelamiento, persecución y asesinato judicial de homosexuales y lesbianas tampoco tienen qué ver con creencias religiosas.  Por supuesto, ya no quemamos brujas… ¿o sí?: En Nigeria y el Congo, evangélicos y pentecostales han provocado asesinatos de niños acusados de brujería, ellos han sido quemados o desfigurados con ácido. Perfectamente de acuerdo a las enseñanzas bíblicas: “No soportaras que una bruja/o viva” (Éxodo 22:18). En Uganda evangélicos americanos han impulsado la pena de muerte para gays.  Si la Biblia fuera ley, no estaríamos manteniendo esta conversación.  V  Ahora Francia ha bombardeado bases del EI, sin duda no sólo militantes de ese han muerto y Rusia ya está dentro de esta guerra. El EI ya ha advertido a los demás países de la coalición en su contra, encabezada por Estados Unidos,  que los atacará.  Sin embargo, el presidente Obama acaba de anunciar, en una muy enérgica presentación,  que no invadirá Siria y advirtió a sus muy seguros críticos de la derecha guerrerista e islamofóbica que : “Si algunos quieren despotricar y tienen una opinión sobre lo que quieran hacer, que presenten un plan específico…En lo que no estoy interesado es en posar o perseguir alguna noción del liderazgo de América o de América ganando o cualquier otro slogan con el que quieran salir..estoy muy ocupado para eso”, dijo un Obama muy enojado. Habló sobre su visita a un hospital militar donde vio chicos que habían perdido sus piernas o habían quedado paralizados por las guerras en Irak y Afganistán  y  “…Por eso,- dijo – …no me puedo dar el lujo de jugar los juegos políticos que otros quieren jugar”.  Ojalá eso lo hubiera dicho hace años, pero más vale tarde que nunca. Bien por Obama.  Por lo pronto, el EI sigue en su misión apocalíptica de instalar el siguiente califato predicho  y los primeros en pagar la cuenta serán los miles de refugiados que huyen de la barbarie.  Los demás, los que vivimos en países de la coalición anti Estado Islámico, pues que ese dios en el que no creo, nos agarre confesados.  
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