Opinion¿Sufragio efectivo?

admin21/05/2015

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20vot Por Roberto Grajales En estos tiempos de contaminación electoral, todos los partidos tratan de convencernos de votar por ellos, prometen ser los mejores, otros más cínicos prometen ya no ser tan malos, y otros más arrogantes promueven el “cambio verdadero”. Sin embargo, todos los partidos políticos coinciden en algo -hay que votar-. Unos llaman al voto útil, otros al voto inútil, pero invariablemente llama a votar. Y en ese bombardeo mediático que te obliga a ir a “ejercer” tu derecho al sufragio, nos pintan cual apocalipsis, los castigos que tendremos si no vamos a votar: ¡Otros decidirán por ti! ¡Votar en contra de ellos, eso es lo que le duele al gobierno! ¡No votar es reivindicar el sistema! ¿Pero realmente no votar reivindica al sistema? ¿Al gobierno le duele que votemos en contra de su partido? ¿Otros decidirán por mí? Votar es lo que realmente reivindica al sistema capitalista y al estado mexicano que lo protege. Cada vez que nosotros depositamos nuestro voto en las urnas contribuimos al imaginario colectivo, de que gane quien gane, “alguien” lo eligió y ya no se puede hacer nada. Y nos dicen que si podemos hacer algo, pero siendo realistas ¿Renunció Ulises Ruiz cuando los pueblos de Oaxaca pidieron su renuncia? ¿Renunciará Enrique Peña Nieto, a pesar de todo el levantamiento de firmas y mentadas colectivas de madre que se han hecho? ¿Renunció el presidente de la Junta Municipal de Bolonchén cuando su negligencia (y la del gobernador y el secretario de seguridad pública) causó que policías mataran a un hombre? Así es, ninguno de ellos se fue, porque “alguien” los eligió para gobernar. ¿Quién los eligió? La burguesía, los grandes empresarios internacionales, nacionales o locales, que buscan acomodar sus piezas para que pueda sacar provecho de los recursos naturales o humanos. ¿Y de que sirvió nuestro voto? Para legitimar un sistema que produce explotación y saqueo, y por si fuera poco, está acabando con la vida en nuestro planeta. ¿Y les duele si votamos en su contra? Por supuesto que no ¿No fue la alternancia de 12 años lo que permitió el regreso del PRI lavadito de culpas y de sangre (aunque rápido se ensuciaron de nuevo)? ¿No son los partidos de “izquierda” acogedores incansables de ex militantes de partidos de derecha? No les importa si votamos o no en su contra, porque lo que buscan preservar no es su partido en el poder, sino mantener a su clase social en el poder. Y en México todos los partidos políticos (derecha-izquierda-centro) responden a los intereses de la burguesía. Entonces no importa que partido gane, los burgueses seguirán dominando a los proletarios. La más ridícula de las frases ¡No dejes que otros decidan por ti! ¿Qué no eso ya lo hacen desde hace ya mucho tiempo? ¿Los trabajadores decidimos que las reformas que entregan nuestros recursos y acaban con nuestra vida? No, no fuimos los trabajadores. Fueron los servidores públicos a los que “elegimos”. Y claro, como ya “elegimos”, ellos toman decisiones por nosotros, que no nos benefician a nosotros, sino a la clase dominante. Salir a votar, es reproducir el estado que nos oprime, es darle más vida, es permitirle que siga destruyendo lo que nos queda. Y sin embargo, con tanta publicidad, con tanta mercadotecnia, con tanta hambre de trabajo, tierra, vivienda, alimentación, independencia, educación, salud, democracia, justicia y paz, se aprovechan de nuestra ignorancia para hacernos salir a votar en contra de nuestros propios intereses. ¿Y qué hacer en vez de votar? Organizarse. No hay nada más temible para el estado burgués que la organización popular. Las asambleas populares, los consejos de trabajadores, los sindicatos de lucha, son espacios a los que el estado y los partidos políticos le temen, porque son espacios de poder, en donde los pueblos toman sus propias decisiones, basadas en sus necesidades e intereses. Por eso el estado trata a toda costa de infiltrar gente en las luchas campesinas y obreras, por eso trata de comprar y de dividir las nuevas fuerzas opositoras para que no puedan tomar esos espacios de poder. La verdadera oposición no se encuentra registrada ante el INE, está en las calles, entre los trabajadores, en los campos, en los pueblos, en todos los rincones en donde se encuentren los oprimidos Y estos espacios concentran su fuerza, cuando los oprimidos luchan por liberarse. En tiempos electorales, el verdadero acto revolucionario es organizar y tomar espacios comunitarios para tomar decisiones, es romper con las cadenas de la explotación y de la manipulación partidista, es luchar por liberarse de un sistema político y económico y no sólo de un partido. Es verdad que la organización popular no es tarea fácil, y menos cuando el enemigo usa la comunicación masiva para insertar su ideología entre los oprimidos. Pero es la única vía para una trasformación real de nuestro hermoso país. Votar no acabará con el hambre. Votar no acabará con el desempleo. Votar no hará que los servicios de salud y de educación sean gratuitos. Votar no nos devolverá a los 43 estudiantes aún desaparecidos de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos”, de Ayotzinapa. Si el voto realmente cambiara algo, sería ilegal.

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