DestacadosOpinionDestapando a los destapados

admin19/12/2014

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Por Roberto Grajales Conforme se acerca la conclusión del año, los destapes políticos van fluyendo. Los partidos van definiendo sus candidatos, sus posturas, sus intereses y sus objetivos. Todos se preparan para atracar el botín. A ninguno de estos partidos les interesa el desarrollo de la clase trabajadora y todos están dispuestos a pactar en busca de su interés personal. Todos quieren administrar el Estado mexicano (en cualquiera de sus niveles) ¿Y qué es el Estado mexicano? El Estado mexicano no es más que una junta administrativa de los bienes de la burguesía. Para saber lo que los partidos de derecha, el PRI y el PAN, quieren, no hace falta hacer un análisis profundo para saber cuáles son sus intereses. La derecha, neoliberal en su mayoría, pretenden seguir entregando nuestros recursos y nuestra fuerza de trabajo al capital extranjero, permitiendo que nuestro país sea su gran fábrica de mano de obra barata. Ya lo dijo Alberto Fernández Garza, “líder” de la Coparmex, cuando le preguntaron si las maquiladoras eran una la alternativa: “No, para México no, pero sí para las comunidades donde no hay trabajo”. Se han llevado maquiladoras a pueblos de Campeche, donde la gente está muerta de hambre, y si bien no les pagan mucho dinero, si les dan trabajo. Son trabajos de bajos sueldos y bajo valor agregado que, de cualquier forma, se irán a otro país de Centroamérica. La alternativa es “pagar poco o pagar nada” Según la lógica de la derecha, deberíamos estar agradecidos con la burguesía por pagarnos poco. Analizar al PRD, por otra parte, es complicado ¿Por qué? Porque son un partido indefinido. Empezaron pactando por “México”, avalaron las reformas peñistas, legitimaron al gobierno fraudulento, permitieron que se legalizara lo que la burguesía ya hacía. Pero eso sí, al otro día se levantaron siendo de “izquierda” a “exigir” que no se haga lo que ellos mismos habían permitido que se haga; cual borracho que despertándose de una resaca, no recuerda lo que hizo. Pero claro, aquí estamos nosotros para recordárselos. Los partidos de “izquierda”, los peores ¿Por qué? Porque estos se alimentan de la esperanza del proletariado, se dan sus lujos, a costa del hartazgo social. Pretenden ahuyentar a la clase obrera de todo movimiento revolucionario, haciéndole creer que no deben interesar tales o cuales cambios políticos, sino simplemente determinadas “mejoras” en las condiciones materiales, económicas, de su vida. Claro está que en este programa político de pseudoizquierda, se cuida de no incluir los cambios que afecten sus “condiciones materiales de vida”, por ejemplo, la abolición del régimen burgués de producción, que sólo puede alcanzarse por la vía revolucionaria; sus aspiraciones se contraen a esas reformas administrativas que son conciliables con el actual régimen de producción y que, por tanto, no tocan para nada a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, sirviendo sólo -en el mejor de los casos- para abaratar a la burguesía las costas de su reinado y sanearle el presupuesto. Partidos de “izquierda” que arraigados a su origen, mantienen vicios de derecha. Movimiento Ciudadano, encabezado por un ex priísta que, cuando fue gobernador de Veracruz, reprimió brutalmente al movimiento de El Barzón. El PT, partido fundado durante el salinato, que nunca ha representado realmente a los trabajadores; como prueba de esto, está su reciente alianza en Campeche con el PAN ¡Vaya partido de izquierda! Aliándose con la burguesía, mientras vociferan que defienden al proletario ¿Qué no la izquierda debe luchar contra la burguesía? ¿O a qué le llaman izquierda? Morena, partido de reciente creación, la “esperanza de México”, partido que por su puesto, dentro de su “idea” de lo que es la lucha revolucionaria, no está la emancipación del proletariado, pues nunca han planteado el fin del sistema de explotación burgués. En cambio, su dirigente y mesías si ha declarado que aunque las cosas estén terribles en nuestro país, debemos aguantar, “pues solo la vía electoral” nos puede salvar. Yo le preguntaría ¿Qué después de dos elecciones robadas, cree que la vía electoral es la vía? Para ellos, eso es lo de menos, lo importante es seguir recibiendo las migajitas del erario público. Claro, es muy fácil hablar del hambre, cuando se tiene un pan cerca de la boca. Por último, están los partidos parásito, los que se venden al mejor postor (de la derecha por supuesto), el PVEM y el Panal, y todos los demás que surgieron aprovechando que el Estado regalará dinero para campañas. Son las rémoras, comiendo de lo que se le cae a los demás partidos. En conclusión, no hay a quien irle. No se trata de votar por el menos peor, se trata de que ya es momento de que la clase trabajadora construya su propia alternativa. Esta alternativa no está en los partidos electorales, pues bien lo dijo Benedetti, “hay que cuidarse de la derecha cuando es diestra y de la izquierda cuando es siniestra” La verdadera emancipación del proletariado viene desde abajo, luchando contra el sistema de explotación burgués, contra la propiedad privada de los medios de producción, contra la oligarquía. Esta organización ya ha empezado a gestarse, los 43 desaparecidos de Ayotzinapa la germinaron y va creciendo y ya no la parará nadie. Hay que luchar y abiertamente (como dijeran Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista) declarar que nuestros objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. “Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar”.

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