OpinionComplicidad

admin10/12/2014

9pip Complicidad Por Carlos Cervera Ancona De esta manera, podríamos calificar a las autoridades afines a la protección del medio ambiente en todas sus ‘modalidades’, la Profepa, la Semarnat, la SMAAS, la Procuraduría Ambiental estatal, etc., las cuales, juntas, no sirven para nada y decimos esto, porque desde siempre, la tala inmoderada de maderas de todo tipo en territorio campechano se ha realizado y jamás ha sido frenada por las dichosas autoridades, que tienen por obligación este encargo. Una y mil veces, los lugareños de Escárcega y Candelaria, hoy Calakmul, han denunciado valientemente este destructivo y cruel negocio maderero y se ha comprobado que los ‘permisos’ son otorgados a personas de otros estados, situación inexplicable por donde quiera mirarse. Durante muchos años, se explotó hasta el casi exterminio, a las maderas preciosas en Escárcega, posteriormente en Candelaria  hicieron lo mismo. Aunque todavía salen cargados grandes traileres y camiones ‘rabones’, trayendo hasta el tope las maderas en vías de extinción, pues crecer de tal manera les costó 30 y 40 años, y puede que nos quedemos cortos. A todo esto ¿Qué hacen las aludidas dependencias para frenar, ya  no erradicar, la tala despiadada de nuestras selvas? Puede que esté gritando en el desierto, como ha sucedido siempre a los que realmente se han preocupado por el entorno ambiental. Pensamos los “contreras por todo”, como catalogan los inútiles a quienes verdaderamente nos importan estas cosas, que mientras coloquen a recomendados, ‘hijos’ de éste o aquél gallón, las cosas cambiarán únicamente para seguir iguales de como siempre ha sido. Es raro el día que no veamos camiones y tráileres cargados de gruesos troncos de maderas distintas, con destino al vecino estado de Yucatán ¿Quién les otorga estos permisos? Y si no los tienen, entonces ¿Cómo es que les permiten circular cargando maderas? Ojalá y nos respondan los improvisados funcionarios “ecológicos” sobre el criminal corte de maderas y destrucción de selvas legendarias y de nuestros bosques. Un periódico local publicó el ocho de diciembre, que en pleno centro de la ciudad de Xpujil, Calakmul, dos tremendos tráileres cargados hasta el tope con gruesos arboles de caoba y cedro, pasaron como Juan por su casa, a vista y paciencia de los funcionarios, que dizque inspectores que deben checar permisos actualizados, o de lo contrario, decomisar el producto. Pero qué creen, o se hicieron de la vista gorda, o están en complicidad con los taladores, que es lo más seguro. Mientras este tipo de improvisados ‘funcionarios’, como es el caso del nieto del difunto ‘Viluch’, y el hijo de un campesino de Escárcega, que su única capacidad es ser amigo del mero mero, los sigan colocando donde nada saben, muchas cosas cambiarán, para seguir peor.

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