

Por Carlos Cervera Ancona Hace algunos meses o puede que años, la vejez, por ratos, me apendeja, escribí algo sobre las mujeres sobresalientes, como por ejemplo, ‘las Madres de la Plaza de Mayo’ en Argentina; ‘las Mujeres de Blanco’, en La Habana, Cuba; la jovencita estudiante chilena, que encabezó protestas contra el gobierno de derecha de ese país. La escritora chilena, Olga Golmart, la columnista incomparable que es la catedrática Denise Dresser; mi consentida luchadora social auténtica, Lidya Cacho, aquella que fue torturada sicológicamente por el ‘gober precioso´, como apodaron al prieto sujeto goberladrón de Puebla, Mario Marín. No me pierdo de leer un solo artículo de la respetable maestra, Denise Dresser, pero mi pasión por la Lidya Cacho cada día crece más y más. Desde aquel ‘bestseller’, titulado ‘Los demonios del edén’, Lidya acaparó mis atenciones y la admiración que siento por esta bella mujercita, es de lo más sincera. Ella defiende, a costa de su propia seguridad, a los niños y desvalidos que los seres infernales maltratan…Pero sobre todo, a los niños, quienes por sus inocencias o precarias situaciones económicas, son presa fácil para estos desgraciados que, muchas de las veces, reciben protección de las mafias políticas. Un abrazo fuerte y sincero de parte de un veterano periodista campechano, bella damita. Ojalá y en el transcurso de las vida, un día tomemos un café y platiquemos de lo mucho que cada quien tiene en mente. A mí también me gusta encuerar a los corruptos, políticos o de los otros (empresarios) no se piense mal… Quiero dejar en claro que, sin renegar de las modernidades, considero a las popularísimas ‘redes sociales’ o como les llamen a estas cosas…, el trampolín para unos resentidos contra todo, que no tienen el suficiente valor civil para expresarlo personalmente y se esconden en la tecnología, hasta con seudónimos, abusando de las libertades que otorga la Constitución. Los que se sientan aludidos…comentan que me quedé en otra época y puede que a lo mejor están en lo cierto; las tecnologías deshumanizaron al ser humano. Las mujeres llevan la delantera en variadas actividades, sobre todo ellas, a quienes mencionamos en este espacio. Respeto y admiración para cada una, que me dispensen otras, porque las hay tan valiosas, como las que ocuparon este espacio. Con la venia de mis tres lectores, uno menos que Catón, el genial Armando Fuentes Aguirre, dedicaré unas líneas a una valiosa mujer campechana, quien dejó las filas tricolores al oponerse a un incremento al IVA, que lesionaba a las clases más necesitadas y la diputada federal entonces; Layda Elena Sansores San Román renunció al PRI, y fue acogida por la oposición y desde entonces, la valiente dama encabeza inconformidades de la gente vejada. Vaya desde aquí un saludo afectuoso a la hija del más grande político campechano, como lo fue don Carlos Sansores Pérez, nuestro bien apreciado ‘Negro’ Sansores.
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