LocalSigue recorrido y aprendizaje de campesinos mayas en Cuba

Paginabierta13/01/2017

11gre1

Por Sandra Laso/Edith Martínez/Greenpeace

Visita a la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el hombre

Visitamos la Fundación José Antonio Núñez, donde el grupo de compañeros mayas de Campeche y Yucatán escucharon a María Caridad de la Cruz, coordinadora del programa localidades sustentables de la Fundación.

En esta charla, se habló de la permacultura en Cuba, una filosofía de vida, que busca cambiar la relación del hombre con la naturaleza, en el entendido de que todo está conectado. La comunidad cubana transformó la crisis del llamado “periodo especial” en una oportunidad para reconectarse con prácticas agrícolas ecológicas que había abandonado por la idea de producir más, a gran escala, a costa de contaminar los recursos naturales.

La permacultura proviene de las palabras “permanente” y “agricultura”, esta última entendida como la actividad que produce alimentos para las personas y no como un negocio. En la década de los 90, en Cuba apareció la agricultura urbana y la agroecología como una forma de enfrentar la escasez de alimentos e insumos que había dejado el colapso del campo socialista europeo.

Hacia el año 2000, la permacultura comenzó a insertarse en la vida cotidiana de los cubanos, pequeños espacios dentro de las casas y apartamentos se volvieron el lugar idóneo para la siembra de vegetales o plantas comestibles y los beneficios saltaron a la vista: casas más frescas que permitieron disminuir el consumo de energía eléctrica en ventiladores o aires acondicionados, ahorro en la compra de alimentos, aumento de la creatividad y sobre todo, una relación más humana con el entorno.

José Martí decía: “La tierra es la madre de la riqueza”, de ella obtenemos todo lo que necesitamos para sobrevivir, pero hay que cuidarla, este pensamiento es el punto de coincidencia entre Cuba y campesinos mayas que durante su primer día de estancia en la isla para el intercambio de experiencias en materia agrícola se dieron cuenta que no están solos en ese amor a la tierra, en su cuidado y en la disposición de hacer las cosas distintas en beneficio suyo y de las generaciones futuras.

La permacultura es cerrar el ciclo de todo lo que obtenemos de la tierra: si tenemos cultivos éstos deben cumplir el objetivo de alimentarnos, el excedente alimentar a los animales y las excretas sirven para abonar los cultivos.

Uno de los principios más importantes de la permacultura es buscar la cooperación y no la competencia. En ese sentido, se busca que la gente produzca lo que necesita y los excedentes de la producción agrícola no deberían acapararse con la idea de vender más, sino de intercambiar con otro que tiene lo que yo no. La agricultura a pequeña escala es más humana.

Pese a que la permacultura es una filosofía que ha ido ganando terreno en Cuba, aún navega contra corriente, tiene grandes desafíos que están dispuestos a afrontar.

Actualmente, el 75% de las personas en Cuba vive zonas urbanas y el gran reto social que se enfrenta es lograr que se revalorice el campo y conectar a la gente de las ciudades con las zonas rurales, dónde los jóvenes se interesen por las actividades del campo, tanto como por el internet, las tablets y los celulares.

Para ello, se han creado un par de leyes en materia agraria (2008 y 2012), ambas están encaminadas en repartir tierras entre la población para que éstas vuelvan a ser productivas, se recupere el campo y la idea de tener localidades sustenta les se consolide como una realidad.

Nota:

La fundación José Antonio Núñez inició en 1994 en honor del geógrafo, espeleologo y revolucionario del mismo nombre. Actualmente, la fundación tiene también carácter de museo nacional histórico.

Cuenta con cuatro programas de trabajo:

1) Economía y consumo responsable

2) Naturaleza y comunidad

3) investigación histórica

4) localidades sustentables.

Visita a la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA)

Como parte del recorrido en Cuba para el intercambio de experiencias en materia de sistemas alimentarios sostenibles, visitamos la Asociación Cubana de Producción Animal, que surge en 1974 a raíz de un viaje de científicos cubanos a un evento de la ALPA en México. Quienes regresan convencidos de la necesidad de crear una Asociación Cubana con características similares que se materializó en la ACPA.

En un inicio, la misión era quebrantar el aislamiento científico al que estaba sometida Cuba a partir del bloque de EE.UU. y divulgar los logros científicos alcanzados en la producción animal, fruto de decenas de centros e instituciones científicas creadas por la Revolución orientada sobre todo a productores primarios para hacer frente al fracaso del modelo agroindustrial, debido a la dependencia de insumos externos que derivaron en la muerte de gran parte del ganado del país.

El crecimiento del ACPA se debe a la suma de sociedades de productores y productoras individuales, cooperativas, estatales, científicos, docentes e instituciones que acepten y cumplan sus reglamentos, con el objetivo de contribuir con sus acciones, experiencias y recursos, al desarrollo humano, técnico productivo sostenible de la producción e industria animal.

Como parte de su estrategia, busca tener un fuerte impacto de los proyectos de cooperación internacional en el sector y es signataria de la Convención Internacional de Medio Ambiente. Sus proyectos incorporan un enfoque de género y de educación popular.

Para lograr sus objetivos, el ACPA tiene su propio sello editorial con más de 100 libros y manuales publicados, así como otros materiales, incluyendo multimedia. Además, cuenta con el Programa de Capacitación para productores de su membresía a través de técnicas agroecológicas, con más de 200 proyectos ejecutados. Las líneas incluyen al sector lechero, reconversión de las áreas cañeras, ganado menor, formación, emergencia y otros.

El ACPA ha buscado fortalecer además el trabajo a nivel internacional, con el programa de cooperación, para el cual trabaja en sinergia con el Ministerio de Agricultura (MINAG).

Asimismo, uno de sus grandes aportes es la creación de la reserva genética de todas las especies de animales, frutas y plantas que sirven como alimento en Cuba.

Cabe mencionar que gracias al desarrollo de técnicas agroecológicas, Cuba es parte de un Movimiento Agroecológico de América Latina el Caribe (MAELA), que busca la promoción de modelos de desarrollo agropecuario alternativos para el continente americano.

Visita al Huerto “El Japonés”

Huerto urbano con una extensión de ½ hectárea, ubicado en Playa, La Habana que surge a partir de una invitación que le hacen a Santiago Oyé, de origen japonés, a asesorar a las y los cubanos para la siembra de vegetales. Así, Santiago llega a Playa, en la ciudad de La Habana, y comienza el proyecto del huerto que en un inicio era un poco más grande, pero que más tarde se adaptó para tener un punto de venta y un pequeño estacionamiento con la intención de ampliar su mercado.

Este último elemento es una de las principales características de este proyecto, el punto de venta con el que cuenta para ofrecer sus productos y los de otras cooperativas.

Punto de Venta.

El punto de venta se abastece de 7 u 8 cooperativas de “créditos y servicios”, mismas que están autorizadas para vender de forma particular y que pertenecen a La Habana y su periferia.

En Cuba, Existen dos tipos de cooperativas: Las de “producción agropecuaria”, que trabajan con un presidente/líder que cuentan con un salario y gestiona los ingresos que se dividen entre las y los campesinos a fin de año. Y en segundo lugar, las de “créditos y servicios” que funcionan en un nivel individual, a través de un plan con el Estado, con el que acuerdan una cantidad que venden al estado y si tienen remanente lo pueden vender en puntos particulares.

Los alimentos que se venden en el punto provienen de producción orgánica, debido a que es el modelo predominante de producción en el país, y es mayormente consumido por clientes de la zona y sus alrededores, que buscan vegetales frescos. El punto cuenta con una gran variedad de frutas. Hortalizas y granos. Por ejemplo, cuenta con al menos 6 variedades de frijol, así como conservas producidas por las cooperativas.

El huerto

Obtienen las semillas de la cooperativa a la que están asociados, pero no son producidas por la misma, sino unidades especializadas en producción de semillas. Las semillas se plantan y germinan bajo techo para proteger a la plántula de las denominadas plagas.

Una vez trasladadas a la tierra, emplean técnicas agroecológicas para producir alimentos: se diversifican los cultivos, se fertilizan con materia orgánica, sobre todo de las vaquerías. En el caso de este huerto, se le compra la materia orgánica a vaquerías que tras 5 años de reposo para que no queme la planta, ya que al ser un país tropical, si se aplica la materia caliente con el clima caliente se quema con la mata, después esta materia se cuela en el huerto y se aplica. Para hacer frente a las plagas, utilizan plantas repelentes como el maíz.

El huerto es trabajado por 2 hombres, uno de ellos es Julio quien nos recibió y dio el recorrido. Julio es Licenciado en Derecho Penitencial, pero prefiere dedicarse a trabajar el campo ya que cuenta con la herencia de sus padres que se dedicaban a la siembra de arroz.

Patio Las américas

América Alarcón es una mujer de campo. Durante su infancia vivió en el monte de Cuba, donde aprendió sobre agricultura para ayudar a su madre y a sus 10 hermanos, luego de que su padre se uniera a la columna de Fidel Castro en la Revolución cubana.

América dejó el monte para llegar a vivir a la ciudad, al municipio de Playa, donde puso en práctica sus conocimientos y comenzó un huerto en casa para autoconsumo. Poco antes de ladécada de los 90, frente a su casa comenzó la construcción de un complejo que estaría dedicado a la biotecnología, que entre otras cosas buscaba el desarrollo de la ingeniería genética, pero con la llegada del periodo especial, nunca prosperó.

Para la construcción de las instalaciones dedicadas a la biotecnología desalojaron varios edificios de vivienda para derrumbarlos, América fue de las pocas que permanecieron, después en el periodo especial detuvo en Cuba este proyecto y en 1990 América, a lado de su esposo y sus hijos comenzaron la limpieza del terreno de media hectárea donde hoy se encuentra su huerto urbano Patio Las Américas.

“Mi esposo no sabía nada del campo, lo que supo lo aprendió de mí”, dice orgullosa y se mantiene así para decir que su hijo ha abandonado el trabajo en oficina para ayudarle. “Para mí este es el buen vivir: levantarme temprano y ver el verdor del campo y oír el canto de los pájaros”.

Al principio, el huerto se mantenía para el autoconsumo de la familia, siempre de manera ecológica, sin el uso de químicos; al darse cuenta que su producción aumentaba, comenzaron a comercializar el excedente. Primero, en carretillas a los vecinos de la colonia, después se formalizaron los puntos de venta y el suyo fue el primero del municipio de Playa que comenzó a operar.

“Los clientes buscan lo orgánico, vienen conmigo porque les doy alimentos frescos, cuando vienen a comprar una lechuga, voy, la saco de la tierra, la lavo y se las entrego. Tienen la garantía de que están llevando algo sano y limpio”, dice.

La dedicación y amor por el campo que ha demostrado América le valió para que en diciembre de 2016 recibiera el premio tres coronas de la excelencia en la agricultura, otorgado por el gobierno cubano a través de su programa de agricultura urbana, gracias a que su campo está bien sembrado y tiene muy buena producción. Por ejemplo, recoge 7 quintales de lechuga cada dos meses.

América cultiva hortalizas, tomate, cilantro, perejil, orégano y varias variedades de lechuga, remolacha y zanahoria; tiene árboles frutales y también cría animales, con lo que tiene lo que se conoce como un ciclo cerrado, pues para abonar las plantas utiliza la materia orgánica de los animales, el excedente de producción lo comercializa y el sobrante le sirve para alimentar a los cerdos, gallinas y palomas que también cría.

El sistema de riego que utiliza es aéreo, porque cuando probó con uno a nivel de suelo no le gustó. “Prefiero el aéreo porque así cuando riegas en la mañana le quitas a las plantas el rocío que les hace daño”, explica. El conocimiento que ha adquirido también se debe a las capacitaciones que ha tomado.

Para el manejo de plagas utiliza plantas para repelerlas o atraerlas según sea el caso, tales como el maíz y el girasol.

El Patio las Américas es uno de los casi 200 huertos que conforman una cooperativa de productores orgánicos que se reúnen mensualmente para hablar de las necesidades de los campesinos y que la cooperativa pueda ayudar a resolverlas.

Para América, el trabajo dentro de la agricultura ecológica le ha traído grandes beneficios: desde la cercanía con el hogar, tener ingresos económicos, tener alimento en casa y sentir el campo cerca.

Visita al Consultorio Tienda Agropecuario (CTA)

Dentro de las visitas que conformaron nuestro recorrido el día de hoy, acudimos a una parada de autobuses en un estacionamiento amplio de un barrio urbano en la Isla, La Habana. Al fondo, se encuentra un puesto aparentemente pequeño.

Este es uno de los 44 Cosultorios – Tienda Agropecuarios en la ciudad, el primero en el país, se fundó en 1994 de forma particular, y después el Estado lo absorbió. Se llama consultorio, ya que al igual que si te sientes mal acudes a un consultorio médico, en el caso de que las plantas que se siembran en la agricultura urbana de la ciudad tengan algún problema, pueden recurrir al CTA por asesoría para aliviar el problema. La CTA, además ofrece servicios para el control de plagas y enfermedades, tratamientos a base de compuestos biológicos (sueros químicos y nutricionales), construcción de huertos organopónicos y familiares, podas de arbustos, biofertilizantes, composta y lombricultura, transferencias de tecnología, semillas de diferentes especies y variedades, postura, literatura técnica, herramientas de trabajo, medicamentos veterinarios, entre otros.

En el consultorio, atienden personas con formación técnica y administrativa, con la finalidad de brindar apoyo técnico y material para la agricultura urbana. También apoya a las cooperativas y cualquier forma de producción que lo requiera.

Las consultas son gratis, las visitas a domicilio cuestan 5 pesos cubanos, por lo que sus precios son muy accesibles para la población. Los CTA son parte del Ministerio de Agricultura de Cuba, que cuenta con un grupo de empresas como la de logística agropecuaria de la que se desprenden los CTA, públicos.

Los CTA son abiertos a toda la población y se encuentran distribuidos en todo el país y con mayor fuerza en la ciudad de La Habana. El servicio más importante, o con mayor demanda, es la venta de semillas, las cuales son certificadas en Cuba, aunque también comercializan semillas importadas. Los insumos que ofrece la CTA son orgánicos y obtenidos por otras empresas del Estado y productores. La asesoría más solicitada es para el control de plagas.

Un ejemplo de los productos que ofrece, es el insecticida ecológico a base de plantas repelentes y la cepa 24, para lograr la estabilidad de la planta.

Estos consultorios son un ejemplo de atención a las familias del país para incentivar la producción ecológica y la facilitación de herramientas y asesorías por parte del Estado cubano hacia la población para promover este modelo de producción de forma integral.

Visita al Proyecto de Conservación de Alimentos y Comida Sana “Vilda y Pepe”

Este es un ejemplo de un proyecto que ha contribuido a difundir el conocimiento y en la formación de cerca de quinientos promotores y promotoras en el país en la conservación de alimentos y la comida sana.

El proyecto comenzó gracias a la creatividad de Vilda Figueroa y José Lama, quienes al combinar su experiencia en la alimentación porcina con mieles de caña y la experimentación, derivó en el trabajo y experimentación con los alimentos humanos para evitar la pérdida de alimentos y hacer frente a los problemas alimentarios como la obesidad y el sobre peso que el 42 por ciento de la población cubana padece. El proyecto fue fundado hace 21 años, sin embargo la editorial cumplió los 20 años el pasado noviembre.

El proyecto en sus inicios se veía en los barrios con mesas informativas para el intercambio con la población. Fue en 1994 -95 cuando se les brinda el local que ocupan actualmente en Marianao, La Habana, que se convirtió en la sede principal del proyecto.

La experimentación de Vilda y José, se basó en la elaboración de recetas y técnicas ecológicas de preparación de conservas de alimentos, que para 1995 se traducía en 95 productos creados. Como resultado, esta información se convirtió en más de 53 libros que contienen para ayudar la a la economía familiar y promover una buena alimentación.

La conservación de alimento y la agricultura familiar son los elementos base de este proyecto.

Para continuar con la difusión de los conocimientos, el proyecto trabaja con otras organizaciones como la Federación de las Mujeres Cubanas, la organización de los CDR, los Pioneros y el Ministerio de Salud Pública.

Además, en 1996, desarrollaron programas de televisión y radio, con la Universidad para todos. Sin embargo, el proyecto no generaba recursos para lograr un crecimiento, por lo cual desarrollaron capacitaciones para preparar promotores voluntarios que a su vez replican el conocimiento en sus comunidades.

Gracias a que el nivel de educación cubana es muy alto, estos materiales y capacitaciones fueron accesibles para ser replicados en otras provincias a través de manuales y literatura.

Actualmente, el proyecto cuenta con promotores en al menos 10 provincias.

Dentro de las técnicas empleadas en el proyecto para la conservación de los alimentos, una de las más importantes es el secado solar, de la cual dependen cerca del 40% de los 700 productos creados en el proyecto. Otras técnicas son la conservación de alimentos como el camote, calabaza, plátano, piña, vegetales, entre otros, a través de la fermentación, la conservación con sal, con azúcar y cítricos.

También ha recibido premios por la conservación de la papa a través de la deshidratación, en el país con mayor cantidad de variedades de este alimento: Perú.

Si bien, el proyecto crea recetas para la conservación de los alimentos, no comercializa los productos, ya que su misión y objetivo es transmitir el conocimiento y compartir la experiencia adquirida en el proyecto para brindar alternativas para una mejor alimentación.

Las recetas, conservas y técnicas tienen beneficios como contribuir a la producción de comida sana, activar la economía familiar, ayudar a contrarrestar el desperdicio de los alimentos y los malos hábitos alimenticios, ya que con estas conservas se pueden hacer harinas de yuca, plátano y otros, libres de gluten; o bien dulces que sustituyan las golosinas altamente azucaradas que se venden dirigidos a los niños. Además, la actividad de conserva de alimentos, puede contribuir a la integración familiar y a tener acceso de forma constante.

Este proyecto cobra relevancia al considerar que a través de la industria de las conservas en Cuba, se han desarrollado pequeñas iniciativas (micro industrias) particulares que evitan el desperdicio de alimentos, además de que abastecen a lugares como casas de adultos mayores, centros para personas con síndrome de down, a un precio bastante accesible, así como a puntos de venta.

En el proyecto se emplean herramientas como el túnel de secado, elaborado y perfeccionado a partir del intercambio de conocimientos con otros productores de conservas. También, este proyecto ha sido reconocido a nivel internacional por su trabajo en elaboración de recetas de conservas, por los premios Gourmand, que son los óscares de la cocina y quienes les han otorgado 10 premios en dos categorías: winner (ganador como país) y best in the world.

Este proyecto es además parte de la red de Slow Food, ya que cumple con los principios de bueno, limpio y justo. Han crecido de tal forma que tienen promotores en países de América Latina, como: Puerto Rico, Nicaragua, Costa Rica, entre otros, y han sido invitados para impartir 14 talleres en otros países.

Con el afán de cumplir su objetivo, Vilda y José no venden productos, sino que difunden conocimiento a través de sus libros, que sí tienen un costo.

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Síguenos