Por Arturo Moo Cahuich
Cada mes del año tiene una connotación diferente, pero en marzo se concentran hechos significativos que dejan huella en la vida nacional, para bien o para mal.
Veamos: un 3 de marzo, se descubrió un centro de espionaje en Campeche. Por supuesto que no se trató de un simple lugar para espiar, sino un sitio para hurgar en la vida privada de toda aquella persona que tuviera algún vínculo con el poder. Sean políticos, empresarios, periodistas, opositores políticos. La vida privada contenida en grabaciones y tarjetas informativas que llegaban a manos, ojos y oídos, en ese entonces, de Jorge Salomón Azar García y luego de José Antonio González Curi.
Han transcurrido ya casi dos décadas de complicidad de Curi y Azar para vulnerar la democracia en Campeche. Todavía se recuerdan los telefonemas de amenazas para unos y de colusión con otros. Todo pagado con los fondos del erario.
Para castigar a espías intelectuales y materiales, se entregaron más de siete mil evidencias ante la PGR y el Congreso de la Unión, la complicidad en las esferas gubernamentales han hecho nulos los castigos. Pequeños chivos expiatorios fueron exhibidos, pero nunca el castigo ejemplar.
Sólo la persistencia de la senadora Layda Sansores San Román ha impedido el carpetazo al ya voluminoso expediente del espionaje telefónico.
El 4 de marzo, los priistas utilizan esta fecha para desgañitarse y presumir que el partido tricolor ha gobernado más de 80 años y que quieren más. Dicen que todo está bonito y los mexicanos felices por vivir en un país muy endeudado, empobrecido, empantanado en la corrupción y la impunidad.
Ahora, la sombra de la alternancia en la Presidencia de la República los asusta y la quieren ahuyentar con el slogan de que los populistas quieren gobernar a México y convocan a una amplia complicidad con esquiroles, para obstaculizar la democracia en el país.
El 8 de marzo se ha convertido en un día florido para aplaudir y enamorar a la mujer, en los discursos oficiales, claro. En la realidad, vemos cómo en el gobierno destituyen a una mujer del gabinete presidencial para cobijar al preferido sexenal. Ya no digamos el despido de la titular de la PGR y luego darles premios de consolación.
También el 18 de marzo resultó aprovechado para los discursos del gobierno, palabras huecas e incoherentes. La expropiación petrolera del siglo pasado ya la caducaron o sepultaron. Y Peña Nieto se ufana de su Reforma Energética, esa que resultó dañina al país y los bolsillos de los mexicanos, que contrasentido.
Lo peor, usaron a Campeche para la escenografía. La entidad donde Pemex y empresas a su servicio cancelaron alrededor de 50 mil empleos en Ciudad del Carmen.
El 21 de marzo o el inicio de la primavera, le gana espacio al natalicio de Benito Juárez y la frase: Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz, queda olvidada y parece que respetan los dictados en inglés de Donald Trump. Ya vimos que Peña Nieto carece de patriotismo y es inocultable.
El 23 de marzo, la figura de Luis Donaldo Colosio se aparece clamando justicia y acallan su voz con más discursos oficiales y si acaso la limpieza de su estatua.
También en marzo se suman más asesinatos a periodistas que hacen trabajos de investigación, como el caso reciente de la corresponsal de la Jornada en Chihuahua, Miroslava Breach.
¿Qué tendrá marzo? Que incluso Moreno Cárdenas se avienta al ruedo y dice: “hemos gobernado con política de puertas abiertas, respetando y escuchando los puntos de vista de los partidos de oposición” ¿Acaso ya se acabaron los que critican todo y no proponen nada? También responde a los periodistas críticos de su administración? Algo tiene marzo.
Finalmente, también es inobjetable que la figura de Andrés Manuel López Obrador ha crecido a grado tal, que se han sumado a su Proyecto de Nación, actores políticos de otros partidos y empresarios destacados, quienes coinciden que ya es tiempo de cambiar a México. Ya es tiempo de erradicar la corrupción y la impunidad