OpinionCoordenada/# Políticos honrados

Paginabierta02/02/2017

Por Lupita Ramos

Así se titula la publicación 29 de Cuadernos Mexicanos, que editaba la SEP y Conasupo y distribuían a bajo costo en la década de los ochenta. Tengo la fortuna de poseer varios de estos cuadernos, lecturas breves que acercaban a las y los lectores con la historia mexicana y su literatura.

La edición de Políticos honrados es una joya, no solo por la antología de textos breves conformada por anécdotas y vivencias de ciudadanos que ejercieron cargos públicos a lo largo de la historia de México, en la que el tema central es la honradez; sino porque esa cualidad, virtud, valor cívico y ciudadano, ya solo lo recuperamos como anécdotas en la historia.

Ya no es un valor fundamental para quien ejerce cargos públicos en la actualidad; vaya, ahora la desvergüenza, el cinismo y la corrupción son las prevalecientes en el ejercicio del poder, para ejemplo, el botón de muestra de Veracruz.

Los personajes que se narran en las crónicas de “políticos honrados”, son en su mayoría liberales de la etapa de la Reforma y otros más de la Independencia, que como lo señala la introducción del cuadernillo, “dos etapas críticas en la historia de México, en las que un gran grupo de compatriotas nuestros tomó las armas para reivindicar un proyecto de patria y una idea de libertad”.

Sin duda, hoy mas que nunca es necesario actualizar nuestro proyecto de País. Aquí comparto algunas de esas historias:

Guillermo Prieto: Pasaron por sus manos cerca de 300 millones de pesos producto de la desamortización de los bienes eclesiásticos. No solo no desvió un solo peso de ellos, sino que renunció a la suma de $200,000 que de gratificación le correspondían como ministro de Hacienda encargado de llevar a cabo la desamortización.

Ignacio Ramírez, el Nigromante: Ni un peso, ni un cuadro, ni un libro se apropió ilegalmente en sus cargos en la Secretaría de Justicia y de Fomento y en su cargo de Magistrado de la Suprema Corte de Justicia.

Benito Juárez García: Ejemplos de su modestia y probidad hay muchos, aquí menciono solo que después de 26 años de elevadas funciones de diputado, gobernador, secretario de Justicia, presidente de la Suprema Corte, secretario de Gobernación y presidente de la República, desde 1858 hasta 1872, dejó una modesta fortuna, de la que resalta el valor de la ropa de uso $149.75.

Y a propósito de ropa, Santos Degollado custodiaba miles de pesos y era un general que cosía su propia ropa (según narra Victoriano Salado Álvarez, por cierto, mi tío abuelo y excelente escritor jalisciense), rechazaba su sueldo de un peso y vivía en la austeridad, a pesar de ser Ministro de Guerra y Marina y General en jefe del Ejército Federal.

Finalizo con la narración de Manuel Payno respecto de los Presidentes honrados: “Victoria murió en la miseria, Vicente Guerrero no dejó, sino unos cuantos pedazos de tierra sin valor en el Estado que lleva su nombre y sus nietos viven hoy del fruto de su trabajo, don Valentín Gómez Farías, al día siguiente que dejaba el gobierno, tenía que ocurrir a la generosidad de sus amigos.

Al general don José Joaquín Herrera, cuando estaba moribundo, fue necesario que de la Tesorería General le enviaran $200.00 a cuenta de su sueldo como militar antiguo para sus últimas medicinas y los gastos de su entierro”.

En el centenario de la Constitución, ojalá podamos contar historias presentes de honradez de quienes gobiernan y no tener que recurrir a viejas publicaciones para recuperar estas historias.

lupitaramosponce@gmail.com @lupitaramosponce

 

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